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martes, 3 de noviembre de 2015

EL ÁGUILA DE ORO Capitulo 6-Laboriosidad Interplanetaria




CAPITULO VI




Laboriosidad Interplanetaria




Una gran civilización ha rebasado el confín de los cielos para que sea ensalzada la séptima columna del Eterno Reino de Dios.

Eugenio siempre ha sido
precursor de un
nuevo estado de conciencia.


Varias son las inteligencias en la genética de las estirpes terrestres, cada una con su laboriosidad y metodología evolutiva.

Pero el hombre terrestre aún no está preparado para comprender los conceptos de la multiplicidad que se sintetizan en la Unidad, con sintonía de intentos, de armoniosa colaboración fraterna. Faltando este respeto, esta conciencia universal, todavía domina la oscuridad de la presunción, las luchas fratricidas por la prevaricación pero, más que nada, por las orientaciones anímico espirituales. Ciertamente existen infinitos ejemplos de elevación intelectiva en cada momento histórico, sea sobre planos culturales en el uso de los niveles informativos como en aquellos de sensibilidad emocional anímico espiritual.

Pero sobre aquellos, puramente espirituales, donde aquello que está, viene fuera con metodologías invisibles y secretas, he aquí que los hijos de los Iniciados resurgen, reconocen la simiente de su origen y siguen el sendero de ésta.
Entre estos están los hijos de la tribu de Juan que saben por qué sienten y que difícilmente pueden explicarlo.

Todo ésto se cumple en un marasmo como jamás ha habido sobre este planeta, hoy que la filosofía y la ética científica son artes fundamentales para las redes del disuasor, del engañador que atrae y desbarata.

Es muy difícil, casi imposible. Pero la humildad es la fuerza, así como la perseverancia y la pureza de ánimo.


QUIEN TENGA OIDOS, ESCUHE

La renovación del mundo por el Espíritu de Juan.
De la tierra bendecida por Dios, “La Galilea de los Gentiles”, surgirá en el triunfo de la justicia, el principal pilar que deberá sostener el edificio en construcción del nuevo mundo.
Todo aquello que no soportará la suprema ley, brotada del nuevo pacto, vendrá puesto bajo severo juicio y condenado a la segunda muerte.

Las milicias celestes ya están a la obra, iluminadas y sostenidas por la potencia del Espíritu Santo. Los bienaventurados, cribados y probados, nacen y crecen, fortificados en el espíritu, para ser dignos herederos del nuevo pueblo de Dios y de Su Celeste Reino en la tierra.

El Espíritu de Juan, consolador y mensajero, ya ha hablado sobre el pecado por no haber creído y sobre el fin del mundo. Desatascad bien los oídos y abrid bien los ojos si queréis poneros a salvo. Ay de vosotros, hijos ingratos y degenerados, porque en verdad os digo: “seréis golpeados y exiliados del reino de la luz hasta que no dobleguéis vuestras espaldas al supremo bien de la justicia, del amor y de la paz del verdadero y único padre: DIOS”.

EL CONSOLADOR


MENSAJE SOLAR
“Soy Yo tu raíz, la Suprema Inteligencia, la raíz de la Luz, tu Maestro.

Escúchame con espiritual atención y medita:
La vía de todos los senderos de los cielos soy Yo, que en la sublime esfera resplandezco.

Mi aspecto no es natural, sin embargo Yo estoy en lo natural siendo Yo el sutil fuego que penetra en cada cosa.
El día de Mi gloria es un día de dolor para la Tierra, porque los Angeles se distanciáran de sus cabezales para dirigir la mirada hacia la Luz de su Principio.

Ay de aquellos que queden agarrados a sus mamás y ay de aquellos que se escondan bajo su manto, si no tendrán el coraje de caminar por la vía que conduce al Padre, porque nunca más verán los brazos misericordiosos del Padre y quedarán en el sueño de la vida y de la muerte, del bien y del mal.

Vendrá el día en el que los Arcángeles, los hijos mayores de Mi generación, vendrán sobre la tierra en forma humana. Ellos surcarán el cielo y la tierra como meteoros y esparcirán sobre los señalados Su devoción por el Padre.

Estos vendrán como el rayo y no cogerán por la mano a los hombres, porque éstos escaparán de los peligros, pero que hablarán con ellos como el hermano mayor habla al hermano menor. Esto han hecho y harán.

Ahora escucha, hijo; ¿encuentras conveniente que tu obra ponga el camino más veloz hacia la obra de los hermanos mayores?”.


Y así, Eugenio, se predispuso y tuvo el primer encuentro, sobre el Etna, con Asthar e Ithacar, comandantes de la flota extraterrestre, iniciando una serie de actividades de consejo y amonestación a la humanidad terrestre, 37 años antes del 2000.


LOS DOS ASPECTOS DE MI DRAMA
El primer aspecto es el humano que no es diferente de la trágica experiencia de aquel indio de la Amazonia que desconoce la existencia del hombre blanco y de su tecnología, cuando en un claro de la selva ve aterrizar un gran helicóptero y descender de él personajes con trajes y utensilios extraños que lo invitan a coloquiar.

El indio, espantado, huye y cuenta al hechicero aquello que ha visto. El hechicero, enfurecido, lo acusa de haber visto al espíritu maligno y los componentes de la tribu lo evitan como un apestado por visiones maléficas.
El segundo aspecto todavía es más dramático: ¿cómo poder conciliar la existencia, en esta dimensión salvaje y violenta, con la verdad que le es manifestada después del contacto con los personajes del gran helicóptero?.

Otro personaje de nombre Ezequiel vivió el mismo drama, hace muchos siglos, sobre el río Kebar. Los ocupantes de las ruedas con una multitud de ojos alrededor no eran terrestres.
En el siglo XX, un indio de la civilización atómica llamado Eugenio Siragusa es forzado, sin quererlo, a vivir la misma traumatizante experiencia, que todavía dura después de muchos años de fascinantes, increíbles desventuras.

Él, a diferencia de los otros, expresa clarísimamente y con modernos conocimientos científicos quien ha, realmente, encontrado, quienes son realmente, de donde vienen y el por qué se han revelado en este tiempo y en esta generación.
Cierto, los hechiceros lo acusan de diablerías, los superdotados de la cultura suscitan espanto, incredulidad, aislándolo y persiguiéndolo moral y físicamente. La mayoría lo evitan porque se dejan arrastrar por quien tiene el interés de ocultar una realidad que podría provocar desbarajuste en los ocultos asuntos de los poderes temporales y políticos.

Una verdad tan grande propondría a toda la humanidad una seria toma de conciencia y una necesidad apremiante de cambiar radicalmente modos y sistemas existenciales, con el peligro de comprometer los enormes intereses que hoy prevalecen sobre la paz, sobre la justicia y sobre el amor de toda la humanidad.

Dicen los Hermanos Superiores:
Nosotros, que conocemos y tutelamos la voluntad del Padre Creador, en verdad, somos mensajeros y escrupulosos operadores de la Ley que gobierna el espíritu creativo manifestado.

Nosotros, que tenemos el consentimiento de Aquel que bendice y exhorta Su obra sobre la tierra, nosotros, que conocemos Sus orígenes, te decimos:

“Escucha, escucha porque es verdad que en ti se ha desatado el vínculo del silencio y que ha llegado la hora que en un tiempo había sido designada y que aún debía venir. Nosotros, tales cosas te decimos para que sea hecha la Voluntad de Aquel que está siempre, eternamente, en gloria en los Cielos.
En verdad, la felicidad del alma existe y la beatitud del espíritu es pura verdad.

Si a estos bienes se anteponen los principios básicos sobre los que estas riquezas del alma y del espíritu, revistiéndose de serenidad, justicia y verdad, traen linfa de amor y sabia vitalidad, su laboriosidad se vuelve noble y progresivamente constructiva en la realización de la completa felicidad interior del hombre.
Si a estos bienes se anteponen principios opuestos, la laboriosidad será regresiva y, progresivamente, no constructiva.

Es, por consiguiente, verdad que los sufrimientos quieren ser como los extremos remedios a los extremos males.
Si en éste vuestro mundo, se predicasen, y se realizasen aquellos principios básicos aptos a alzar las virtudes del alma y del espíritu en serenidad, justicia y verdad, muchos sufrimientos caerían por sí solos creando, de tal modo, la base ideal para una espléndida esperanza de amor y de paz celeste en vuestros corazones. Pero todavía, os obstináis en no arrepentiros, comportándoos de forma bastante opuesta de cómo deberíais competir en la obra de la vida y de la organización de ésta.

A menudo, casi siempre, vais contra corriente aún sabiendo que no es cosa justa y, casi siempre, vuestras realizaciones nacen del sufrimiento, de la sangre, de las tribulaciones, de la muerte y de la destrucción de las persones y de las cosas que más amáis.
Es verdad que toda cosa renace, pero: ¿por qué de ese modo con tanta inaudita violencia destructiva?. ¿Por qué aceptar este método y no el otro mejor en el que la serenidad, la justicia y la verdad alzarían cada cosa glorificando vuestra obra en el Supremo Bien con el amor y la paz de vuestros corazones?. ¿No es, quizás, mejor progresar con el estímulo del bien antes que con aquello que se opone al bien?. ¿Competir, en la obra de la vida, con serenidad, justicia y verdad, mejor que aceptar la imposición del látigo doloroso de la ira, de la injusticia y del sufrimiento?. ¡Cómo sería mejor y cuerdo para vosotros y para vuestras almas, un despertar vuestro en el sentido querido por la Ley Celeste!.
¡Cuántos males podríais evitar y cuantas alegrías podríais realizar!.

Quisiéramos, en verdad, que comprendieseis el profundo significado de nuestra exhortación, la utilidad de nuestra obra, que es obra y voluntad del Padre Creativo para vosotros, Sus hijos de este mundo.
Nosotros y Aquel que está en el Cielo y que es Padre dilecto de todas las cosas, hemos hecho y hacemos esto en el planeta, en este vuestro tiempo, para que podáis completar vuestro despertar, anclados sobre bases ya superadas por el crecimiento dimensional de vuestra conciencia y por vuestras reminiscencias originarias.

Y ahora escucha, hermano, escucha puesto que han llegado el día y la hora de la revelación, ya que es verdad que esto debía realizarse. Ahora tu boca es libre de hablar porque, en verdad, aquello que fue atado ahora se desata para la gloria eterna del Señor. Sobre vuestro mundo la justicia y la verdad no tienen todavía reino por culpa de los hombres pícaros y maliciosos.
El no haber querido comprender, ahora que habéis crecido, las enseñanzas que os han sido transmitidas por aquellos que eran grandes, en medio de los niños, ha dado a los malvados de corazón el motivo propicio al malicioso engaño para el arte del espíritu y para la obra de la vida.
Todavía, sobre este mundo vuestro, suceden cosas ignominiosas e increíbles.

Sucede que vosotros rogáis al Señor de la Creación para que vuestras desventuras vengan aliviadas y al mismo tiempo odiáis a vuestro prójimo; matáis, destruís, hacéis padecer hambre a quien ya tiene hambre y no apagáis la sed a quien la tiene de justicia y de verdad; vais contra vuestro semejante con salvaje egoísmo, aún sabiendo que vuestro semejante, en verdad, es hermano vuestro.

Sabed que el Señor de la Creación, que vosotros llamáis Dios, es para los justos y los pacíficos, para los simples y puros de corazón y para aquellos que se arrepienten en tiempo útil de perseguir el bien a través del mal.
Nosotros, Mensajeros del Celeste Reino y Él mismo que está en toda cosa creada, conocemos y tenemos ante nosotros todo el tiempo y todos los móviles de vuestra existencia sobre este mundo desde los orígenes, desde aquel día que os rebelasteis para no ser hijos del Reino del Padre, por haberLe devuelto, todavía, desobediencia a cambio del amor y del eterno Bien que Él prodigó con gloria, amor y justicia eterna.

Nosotros, Mensajeros del Cielo, del Reino de Aquel que Es y será siempre en los siglos de los siglos, no ignoramos las vicisitudes que han empujado a vuestros primeros padres al primitivo estado de barbarie, a la pérdida de la inmortalidad y al consecuente amodorramiento de los valores espirituales originarios.

Nosotros, Mensajeros del Cielo, tutores fieles de la voluntad del Padre eterno, desde tiempos remotísimos siempre nos hemos prodigado para mitigar vuestros sufrimientos, provocando simbólicos acontecimientos que, aún velados y dogmáticos, han valido para provocar una reminiscencia de notable alcance espiritual, moral y psicológico.
No creemos oportuno numeraros aquellos que desde tiempo remoto servían vuestros primeros padres, pero consideramos tiempo justo y oportuno para revelaros el gran evento que dista poco de la actual generación. Tal revelación, destinada a asumir los aspectos reales de los acontecimientos del pasado, deberá servir a la nueva dimensionalidad de vuestro crecimiento de conciencia en el dualismo evidente.

Es verdad que parecería bastante contraproducente una inmediata redimensionalidad de los conceptos todavía radicados en el conjunto general de vuestra obra en la vida, pero también es verdad que aquello debía acontecer con el fin de desatar vuestros conceptos y ponerlos sobre un plano de nueva racionalidad.

En un tiempo fue dicho y escrito que hubo un hombre de nombre Juan que tuvo la orden de engullir un rollo de verdad que bien conoció por haber sido testigo ocular. Le fue dicho que tal verdad no debía ser revelada hasta el día del tiempo deseado.
Ahora bien, el día ha llegado y la hora sonará para que tal revelación fuese hecha. Él, en verdad, vió aquello que a ningún mortal jamás le fue concedido ver. Él vió y concibió la verdad de la obra más grande y más verdadera que vuestra historia contó:
“La Obra de Jesu-Cristo”.

Oíd y destapad bien los oídos porque es verdad que quien os revela tanta verdad es el mismo, aquel que por voluntad del Padre tuvo el privilegio de ver con sus propios ojos la Obra del Cielo para los Hijos de la Tierra.
Él vió y todavía conserva el pleno conocimiento de aquello que le había sido legado por Suprema Voluntad.

Oid, oid hijos de la tierra, porque es verdad que esto debía también acontecer y, en verdad, el tiempo es éste que me concede romper el sello del silencio.
En verdad yo os digo: ¿podía hablar entonces así como hoy os hablo?. ¿y los otros, como yo, podían decir aquello que no debían decir?.
El diseño de la obra celeste era aquel, y cada cosa debía realizarse según los principios, en éste, marcados.

En verdad nadie sabía quienes éramos nosotros, en realidad, y nadie supo nunca de donde llegaban la potencia y la gracia de nuestras virtudes operativas.
¿Supieron alguna vez quiénes eran, en realidad, Elías, Job, Jacob, Moisés, de dónde sacaban su poder?
En verdad, nadie supo nunca quien hablaba y quien obraba en ellos.

¿Quién podía decirle a ellos “parvulitos” como eran en el espíritu y en la mente?. ¿Cuál, en verdad, era la fuente, la Matriz de todas las obras destinadas a glorificar la obra del Padre?. ¿Quién supo jamás tal verdad?
Sólo a algunos les fue concedido imaginar, si bien veladamente, que los Dioses venían de lejanas Riveras del Cielo para explorar arte y obra divina.
Muchos terrestres de entonces nos imaginaban de modos bastante diferentes, formando en sus mentes diversísimas personalidades que, todavía hoy, viven como mitológicas leyendas.

Entonces sabíamos que no podíamos hacer de otro modo de como nos era concedido. Cada acto, cada acontecimiento estaba ligado aún, predispuesto, diseño operativo. Muchas veces las figuras imaginadas se animaban y muchas veces las imágenes atendían las gracias pedidas.
Los Angeles, los Dioses y todos los otros en quienes las comunidades creían, vivieron como ellos, con sus tribulaciones con la única esperanza de edificar los presupuestos ideales para un lento pero seguro despertar evolutivo.
A menudo la ira fue necesaria, tanto como fue necesaria la bondad y la misericordia.

Muchos fueron obligados a primar en bien a través de las experiencias de los valores opuestos del bien; algunos superaban en el bien relativo, pero progresivo, su evolución y facilmente alcanzaban el bien absoluto. Estos, en realidad, fueron pocos pero suficientes para irradiar, en las varias comunidades, los efectos mejores para una más sólida predisposición al bien operar en la vida.

Hubo criaturas terrestres que supieron animar en sentido ascendente a numerosísimas comunidades y, a éstos, no les fueron escatimados los poderes y las virtudes para que se volviesen, cada vez, más fuertes en la obra emprendida.
Moisés y tantos otros como él tuvieron grandes privilegios y plena consideración. Otros, aún desarrollando obras opuestas fueron privilegiados con bienes terrenos con el fin de dar a la multitud de las varias comunidades el motivo opuesto, pero igualmente útil para estimular, en las mismas comunidades, la devoción y la adhesión a aquella parte que se manifestaba cada más conveniente a sus innatos instintos originarios.
Y he aquí, en realidad, la lucha del bien contra el mal. Los Dioses buenos y los Dioses malos.
Los Ángeles y los demonios. Los Espíritus propiciadores y los espíritus maléficos y adversos.
En principio, el diseño de la obra celeste, se desarrolló con numerosísimas alternativas a través de nuestra obra ejecutiva y a la dirección (para referirnos a un arte de vuestro tiempo) de las escenas y de los acontecimientos destinados a completar el drama de vuestra existencia terrena.
Nosotros éramos los directores y vosotros los actores, propiciados desesperadamente a asumir la parte, a probar y volver a probar con el fin de alcanzar la idoneidad para luego competir en el gran teatro del Universo al lado de Aquel que es el Eterno Espectador y juez de las obras eternas.
Y he aquí, en verdad, la revelación de los últimos acontecimientos, en la cual se manifestó la potencia del Cielo sobre la tierra, para infundir en el corazón de los terrestres la Santa Ley de Aquel que os ama y que espera en vuestro juicio sabio y justo, con el fin de concederos el gran perdón y la gloria de los Cielos.

Por consiguiente, sonó la hora para que se realizase la edificación del gran diseño.
Algunos terrestres simples de corazón y pobres de saber fueron eruditos y fortificados en la mente, en el cuerpo y en el espíritu para que se realizase en ellos la personalidad idónea a desarrollar la obra para la cual habían sido elegidos.
Pedro, Pablo, Lucas, Mateo , Juan y todos los otros fueron puestos sobre un Plano de Conciencia tal de poder competir con extremo conocimiento. Mientras tanto, a través de nuestro magnífico y celestial saber, provocamos aquellos actos y aquellos acontecimientos que sirvieron para edificar y magnificar la concepción del Ser que, manifestándose, debía asumir el concepto-base de un acontecimiento renovador y la síntesis manifestada de los actos preparatorios que se desarrollaron al principio de la obra.

Él nació, así como era ya destinado a nacer porque, en verdad, cada cosa estaba, a priori, predispuesta en el sentido en el cual luego se debía verificar.
Una estrella (si todavía como tal debe ser creída) se movió en el cielo dejando detrás de sí una gran cola luminiscente.
Esta debía ser la señal y esto aconteció.

¿Quién era aquel Ser tan completo en el cuerpo, en la mente y en el Espíritu?

¿De dónde vino, en realidad Su Semen y cómo acaeció la edificación de Su Cuerpo en el vientre de la Madre María, sin la intervención de su legítimo Esposo?

¿Quién, en verdad, jamás ha pensado que todo esto aconteció por obra nuestra con la asistencia amorosa de Aquel que nos gobierna y nos guía?

¡Nadie, fuera de Aquel que ha sido predestinado a aceptar tal revelación, podía jamás saberlo!
Juan sabía como nosotros edificábamos el acontecimiento y también conocía la naturaleza de nuestros conocimientos profundos en los campos físico e hiperfísico, porque Él estuvo presente, vió, observó y dedujo cada cosa, que, en verdad, se verificó.

Los otros, que fueron operadores y apóstoles del complejo edificio de la obra, nunca supieron aquello que Él supo, por especial concesión. Él vió porque debía ver, sobre todo debía imprimir en la conciencia el conocimiento de aquello que, en realidad, vió para luego callar hasta el día marcado y deseado en el tiempo.
Los otros principales operadores, Pedro, Lucas, Pablo y otros más, venerados ejecutores de la superior voluntad, aún conociendo que en ellos actuaba una fuerza superior que les permitía una actividad super-normal, aún siendo conscientes de que sus hechos eran efectos que brotaban de una fuerza independiente de su voluntad, no supieron nunca ni la verdadera naturaleza, ni la verdadera procedencia de tal fuerza. Ellos, en verdad, conservaron siempre los conceptos dogmáticos de los acontecimientos hasta el día de su permanencia sobre este mundo.

Así no era Jesus, Él era plenamente consciente de Su verdadera personalidad originaria.

Él sabía todo de sí después de su trigésimo tercer cumpleaños. Él no supo antes quién realmente era, pero dentro de sí se encerraba, desde joven, esta absoluta certeza.
El cuerpo físico de Jesús no pertenecía a la tierra, ni estaba marcado por la ley dualista de la dimensión que rige los destinos de los seres terrestres.

Él nunca habló del Padre terreno porque no era el semen de su semen, ni era la figura desdoblada de Su Unidad. Él sabía que Su Padre no estaba sobre la tierra y de esto tenía la absoluta certeza.

Jesús, creciendo, conservó totalmente sus cualidades originarias en el cuerpo, en la mente y en el Espiritu.
Él no podía, de ningún modo mutar, ni podía existir sobre la tierra fuerzas predispuestas e idóneas a hacerlo.
Sus cualidades físicas, psíquicas, intelectivas, morales, sociales y todo cuando era innato y en potencia en Él, no pertenecían a la dimensionalidad terrestre, así como las de Elías, Moises y tantos otros, que aún, habían venido sobre la tierra del mismo modo en el cual vino Jesús.

En verdad, de estos acontecimientos vuestra historia está llena.
En todos los tiempos han habido Criaturas que, como Jesús, realizaron cometidos bastante penosos y plenos de notables efectos evolutivos.
Nosotros bien conservamos todo, desde el principio de vuestros dias, bastante cercanos a la obra nueva que ya está en este tiempo.
Cuando Jesús y todos los otros estaban ocupados de lleno en su laboriosidad, nosotros estábamos en multitud sobre la tierra, para instruir cada cosa según el diseño predispuesto.
El diseño tuvo cumplimiento con la Crucifixión de Jesús.
Pero, en verdad, Jesús no estaba muerto, a pesar de que parecía estarlo.

Él cayó en un letargo provocado y no era posible que sobreviniera la muerte, justamente porque Su cuerpo ya había sido puesto sobre un plano dimensional que Le consentía sobrevivir en cualquier circunstancia y bajo cualquier sufrimiento físico.
Él poseía ya la Conciencia y el conocimiento de Su personalidad, antes de ser crucificado y después de haber sido puesto en la tumba Su vitalidad estaba ausente y la funcionalidad de Sus órganos temporalmente parada.
Él estuvo siempre vivo, más vivo de cuanto se pudiera creer.
Cuando sobrevino Su despertar del letargo en el que había sido puesto, Él se volvió plenamente consciente de Su verdadera dimensionalidad y de Su real personalidad, sirviéndose del arte y de las experiencias ya en potencia en Él y, por consiguiente, manifestadas.
El diseño, desde hace tiempo predispuesto, se había cumplido en su parte principal. La Conciencia Superior "Cristo" había realizado Su obra plenamente.

Todos nosotros, en verdad, estábamos felices porque con tal acontecimiento habíamos edificado los presupuestos ideales sobre los que poner un sólido plano de desarrollo evolutivo para aquellas cualidades características que debían manifestarse, progresivamente, entre las comunidades de los hombres de la tierra.

Es verdad, pués, que Jesús animado por la Conciencia Crística y guiado y sostenido por nuestra continua obra, sufrió en vuestra dimensión y sobre vuestros planos para enseñaros aquello que todavía no habéis podido conocer, pero que debíais saber.
En verdad, los efectos de tal obra fueron edificantes y si la real causa nunca ha sido conocida en su verdadera realidad, fue porque la obra debía continuar en vosotros así concebida y hasta el día del tiempo considerado oportuno.
Aquel que tuvo el nombre de Juan y que, en verdad, fué el más próximo a Aquél que edificó y magnificó nuestra gran obra, tuvo más que los otros, pleno conocimiento.

Él, en una gran isla desierta, concibió, por haber visto y oído, la realidad de la más grande verdad de vuestra historia más cercana.
Es Él el mismo quién por haber llegado el tiempo desató en sí aquello que antes estaba atado. Él es el Renacido y es al mismo tiempo el Uno y el Otro en una misma cosa porque, en verdad, así había sido predispuesto, dicho y escrito en el tiempo en que se debía realizar.
Ahora que el día y la hora han llegado, Él ha dicho aquello que debía decir a los hombres de esta generación.
El nuevo diseño tuvo su inicio y, en verdad, Él está nuevamente sobre la tierra para acoger a Aquél que ya ha dicho retornaría en forma de hombre y con la Ley de la Justicia Celeste. En verdad os decimos:"El tiempo es este".



REVELACIONES
Considérate pleno de privilegios y alegra el corazón y el alma tuya porque es verdad que tu vida sobre este planeta no está ligada a expiación ni es presa de privilegios materiales.

Nosotros decimos:
Has renacido por superior voluntad y, aún poseyendo las características de la dimensión dualista, tu conciencia no pertenece a la tierra. Muchos hombres, a lo largo del tiempo, han renacido como tú y como tú han desarrollado grandiosas obras de fascinación divina.

Ahora, como en el tiempo pasado, los terrestres sienten espanto y perplejidad por las cosas que están obligados a ver y a oir. Comprender tu lenguaje es bastante difícil para ellos, todavía ligados a los planos de la conciencia terrena.
Es verdad que aquel que ha vivido siempre en un ambiente y en un cierto momento es obligado a entrar en otro, difícilmente se podrá dar, inmediatamente, cuenta de aquello que lo rodea. Pero aquel que ha vivido en diversos ambientes, más fácilmente podrá darse cuenta de aquello que se presenta diferentemente ante su inteligencia.

Ahora es bueno decir: aquellos que han vivido siempre sobre el mismo plano dimensional conocen lo verdadero que se manifiesta sobre este plano o a éste lígan los conceptos absorbidos y dimensionados con los efectos que esta dimensión manifiesta.
En verdad, cada plano dimensional brota de una causa que está en el origen. Los terrestres, conociendo sólo los efectos dimensionados e idóneos al plano manifestado, edifican sus conceptos poniéndolos sobre este plano.

En verdad, a ellos se les escapa la causa, el principio que dimensiona todas las manifestaciones destinadas a ser redimensionadas a su vez. Ellos quizás no saben y es oportuno que sepan, que la redimensionalidad de las cosas manifestadas está indisolublemente ligada a los diferentes planos evolutivos de la conciencia.

El ser de ayer no es el ser de hoy, ni su conciencia es siempre la misma.
Cada cosa que hace parte de su reino está destinada a asumir, también ella, un plano mejor respeto al plano que está obligada a dejar. Todo tiende hacia el origen y todo, comprendido el hombre, está destinado a edificar los presupuestos necesarios para redimensionar los conceptos que no pueden coexistir, más, con la conciencia crecida.

He aquí, porque, querido hermano, el cometido a ti confiado es bastante arduo y pleno de luchas.
 Pero bien sabemos lo que tú posees y por esto estamos alegres de decirte todavía:
Muchos acontecimientos surgirán en este tiempo y muchos se arrepentirán porque meditarán sobre aquello que sus ojos verán y sus oídos oirán. En tal obra serás aliviado por la potencia del cielo.


METODOLOGÍA DE LOS HERMANOS SUPERIORES
¿Por qué ha sido destruida la civilización atlantídea?

¿Por qué ha sido sometida a dura prueba la civilización egipcia?

¿Por qué han sido destruidas Sodoma y Gomorra?

¿Y por qué podría desaparecer esta generación?

Tienen respuestas precisas todos los acontecimientos, todos los hechos que en estos últimos siglos se han verificado pero que los hombres no han querido comprender.
Tienen respuestas precisas las presencias, sobre el planeta tierra, de seres provenientes del exterior con cometidos ejecutivos bien precisos.

He dicho “ejecutivos” y no “directivos”. También entre los hombres de este planeta hay “los ejecutivos” del Genio Creador Cósmico.
Los Directivos, aquellos que presiden la eterna e inmutable Ley del espíritu omnicreante son otra cosa y no tienen una dimensión física: son multidimensionales y patrones incontrastables de la Idea omnicreante.

Han sido Estos los que ordenaron que la bestia se volviese hombre y son Estos quienes podrían ordenar que el hombre degenerado, débil y cobarde, sanguinario y violento, retorne a sus orígenes de “Bestia”.


La revelación extraterrestre en el discurso actual está corroborada por simbólicos acontecimientos capaces de ligar el pasado al presente y el presente al futuro.


Ahora es tiempo de que te digamos:
Aquellos que están más cercanos a los conocimientos que hemos concedido y que continuaremos a conceder con tanto fraterno amor, deben absolutamente comprender los actos que, necesariamente, estamos obligados a manifestar. Aquello que les sucederá y alrededor de ellos es debido, principalmente, a un método extremadamente secreto apto a estimular una activa y consciente acción en la confrontación de los instintos interiores atávicos, con el fin de impedir la intervención y, por consiguiente, el desarrollo de un impulso psicológicamente deletéreo y contraproducente al estado preparatorio de desarrollo de los órganos de P.E.S. bajo nuestro control.

Es verdad que la maduración de los acontecimientos simbólicamente demostrativos quiere, claramente, dirigir los órganos en desarrollo hacia un plano dimensional psico-intuitivo y orientativo al mismo tiempo.
Si una rosa roja se vuelve blanca, no debe expresar un hecho fenoménico, sino debe, más bien, concederos un motivo para comprender, intuitivamente, un hecho expresado simbólicamente.
Otros acontecimientos expresados simbólicamente, de tantos diversos modos, quieren significaros datos de atracción ligados al tiempo y a los acontecimientos inmediatamente próximos a manifestarse.

Nuestra tutela puede pareceros bastante extraña por la forma en que es realizada, pero todavía debéis esperar para daros cuenta de ésto.
Podemos deciros que todas las circunstancias causantes de un acto genérico vuestro están subordinadas a un espejo de previsiones que miran a los efectos que la forma del acto está obligada a determinar.
Cuando estos efectos resultan contraproducentes, las circunstancias cambian la dirección del movimiento evitando, de tal modo, los efectos no deseados.

Los “Genios Cósmicos” se desplazan de Sus divinas moradas para visitaros.

No estáis en condiciones de captar Sus atenciones, especialmente en este tiempo de cambios radicales del planeta que habitáis, de cambios consistentes de vuestra naturaleza psico-física-espiritual, de perturbaciones genéticas y de animaciones locas y destructivas.

HOARA EXPLICA
Nuestra metodología selectiva está compuesta por complejos sondeos y escrupulosas verificaciones.
Nuestros operadores, los primeros y los otros que se predisponen a seguir el discurso que llevan, son constantemente vigilados.

Los sujetos predispuestos a captar los valores de las medias frecuencias deben demostrar, prácticamente, querer asimilar, concienzudamente, los altos conceptos morales, sociales y espirituales que las medias frecuencias comportan para poderse desvincular de las bajas frecuencias tridimensionales.
Nuestra ciencia astral nos permite tener, constantemente, la imagen dinámica, psíquica y física de los sujetos elegidos o predispuestos al contacto con las superiores frecuencias cuadrimensionales, a las que nosotros pertenecemos, ya que también los cuerpos-pensamiento son captables por nosotros. Esto nos permite poder evidenciar en cualquier momento potenciales comportamientos, todavía antes de que estos vengan expresados.

Con esta escrupulosa, continua y atenta verificación, podemos prevenir cuanto puede perjudicar a los sujetos que retienen nuestro específico, particular interés y que concierne a la genética G.N.A. Está claro que si el sujeto se predispone voluntariamente a dejarse arrastrar por los valores degenerativos que proponen las bajas frecuencias, quedando pasivo a nuestras solicitaciones para restablecer el indispensable equilibrio psico-físico-espiritual que las medias frecuencias exigen, automáticamente, por los inevitables efectos, se auto-aisla volviendo a entrar en su común destino.
A nosotros, como muchas veces hemos dicho, nos interesa la calidad más que la cantidad, he ahí el porque estamos, escrupulosamente vigilantes y atentos.

Nuestras verificaciones no son indoloras ni privadas de pruebas capaces de darnos la certeza de la idoneidad del sujeto y de su completa toma de conciencia sobre la verdad que llevamos.
Vuestro planeta está proyectado hacia una superior dimensión y nuestro específico cometido es el preparar al hombre nuevo, con todos los atributos evolutivos que éste debe, necesariamente, realizar:
“Justicia, Paz, Amor y Fraternidad Universal”.



INSTRUMENTOS DE CONTROL
Los “Frisbee o Sincronizadores” como vosotros los llamáis, son instrumentos portadores de un micro-cerebro con facultades geniales y poderes, para vosotros, inconcebibles.

Este pequeño, prodigioso medio, sustituye globalmente todas las actividades de un cerebro con frecuencias superiores a las poseídas por una evolucionada masa cerebral. Este tiene amplias facultades de cribar, escrupulosamente, todas las estructuras interiores y exteriores de seres vivientes y de todo tipo de objetos constituidos de materia orgánica e inorgánica y de sondar, con absoluta precisión, todos los dinamismos que el sujeto, o el objeto, desarrolla y expresa en determinadas circunstancias.

Tenemos dos tipos: del primero os hemos dado breves datos sobre su operatividad.
El segundo, reviste específicas funciones de conexión y de programación con nuestros operadores-ayudantes que viven en medio de vosotros. Este segundo medio se podría definir: “programador”.

Los dos poseen la capacidad de penetrar espesor y dureza de cualquier tipo de materia, sin, por eso, descomponerla en su original estructura y forma.


¿QUIÉNES SON LOS DIRECTIVOS O SERES DE LUZ?
“Somos Astrales”. Provenimos de una dimensión completamente diferente de aquella en la que vosotros, terrestres, desarrolláis las experiencias existenciales y evolutivas de vuestra real identidad eterna.

Nuestras facultades intelectivas son para vosotros inconcebibles y nuestros habitáculos no están estructurados por valores materiales, aún si está en nuestras facultades materializar cuanto está en la idea.
Podemos volvernos visibles a vuestras facultades visuales sólo cuando lo consideramos necesario. También podemos estar disponibles al contacto extrasensorial o físico cuando lo consideramos oportuno y con personas que están en posesión de determinadas facultades psico-físico-espirituales que podemos fácilmente sondear en cada circunstancia. La materialización de la idea, de la forma y, finalmente, de la sustancia visible, palpable, animado e inteligente es el arte más avanzado de nuestra ciencia astral. La luz, como ya os hemos dicho, la manipulamos así como vosotros manipulais la arcilla y siendo ésta el artífice primario del átomo creante nos permite coordinar todo tipo de estructura física y dinámica.

Vuestro grave error es el de continuar creyendo que la inteligencia deba, necesariamente, servirse de un habitáculo único: ¡el vuestro!. Es un vacío de conocimiento que debéis colmar y nosotros estamos propensos a ayudaros para que este vacío venga colmado.

En vuestra galaxia existen miles de millones de globos habitados y no necesariamente con estructuras físicas como la que vosotros poseéis. También es verdad que antes de que la galaxia se expandiese y ocupase espacio, seres inteligentes existían ya, miles de millones de años antes del nacimiento de vuestro sistema solar: “Antes de que vosotros fueseis, nosotros ya éramos”. Alrededor de vuestro sistema solar, todavía antes de que vuestro Sol (Júpiter) se volviese agujero negro, un mundo artificial había sido puesto en órbita y todavía hoy está activo y en servicio.
Tenemos cometidos bien específicos en el ordenamiento universal y en la evolución de las especies que colaboran en el devenir continuo de todo lo creado y en las varias dimensiones con frecuencias y formas diversas.

Estamos donde nuestra presencia y nuestra obra son necesarias.




OS RECORDAMOS:
Nuestras actividades manifestativas y sensibilizadoras no tienen el fin de volveros cerebralmente emotivos de entusiasmos y de racionales convicciones sobre nuestra real presencia en vuestra dimensión, sino principalmente para desarrollar y ampliar los conceptos que alimentan los valores eternos de la fraternidad universal y las virtudes espirituales, morales, sociales y científicas que sostienen el continuo proceso evolutivo de lo edificado divino creante y de todos los componentes que, en las diversas dimensiones materiales, astrales y espirituales, colaboran armónicamente en el infinito edificio macrocósmico.

Os recordamos: nuestra misión sobre vuestro planeta apunta, principalmente, a estimular superiores capacidades psico-físico-espirituales superiores y predisponer a todos aquellos que demuestran buena voluntad para asimilar y practicar algunas válidas coordinaciones, aptas a instruir y desarrollar un lazo sintónico con las dimensiones superiores y con las leyes superiores que gobiernan la fuerza Creadora en todas sus manifestaciones.

No estamos sobre la tierra para edificar espectáculos teatrales ni para exhibir las capacidades de nuestra alta ciencia física, astral y espiritual. Creáis o no, esto no nos impedirá llevar a termino nuestra misión y provocar el cambio necesario de los actuales valores cosmodinámicos que afectan negativamente vuestro planeta y, en consecuencia, vuestro sistema solar.
El potencial negativo que se ha acumulado a través de vuestras nefastas y delictuosas obras, ha provocado distonías seriamente peligrosas en la estabilidad del proceso evolutivo de los dinamismos equilibrantes de los Zigos. Es inútil repetir que esta insensiblidad vuestra os procurará las inevitables desgracias que están en vía de desarrollo sobre un plano extremadamente hipercaótico.

También es verdad que es nuestro preciso deber preservar y tutelar a todos aquellos que, despertados y conscientes de los valores superiores de la universal fraternidad y de las leyes que la gobiernan, no desean ser contagiados por el pernicioso morbo de la involución que las vibraciones negativas proponen.


DILECTO HIJO, SOY YO, EL GENIO CÓSMICO,
AQUEL QUE TÚ OYES Y NO VES.
Escucha, escucha con plena serenidad de espíritu, porque tal serenidad es fuerza propiciadora para la escucha del Verbo, de Aquel que tú piensas y no ves.

No entristezcas el corazón tuyo, no pene el alma tuya, no vuelvas melancólico el espíritu tuyo, puesto que es verdad si Yo digo que estoy en tí, en espíritu, verdad y amor.

Hijo de Mi eterna Luz:"Si llamas al cordero y éste está sordo a tu llamada, vuélvelo a llamar todavía tres veces y luego calla".
En Verdad te digo: "Si él es adulto y espiritualmente sano entrará en el recinto en donde abunda el pasto sano; si él no es adulto, ni espiritualmente sano, él no escuchará tu llamada, ni entrará en el recinto, ni se podrá alimentar de pasto sano".
Sé sagaz y arrepentido, ya que ésto que quiero decirte es comprensible para tí y para aquellos que de ti aprenderán verdad y sabiduría celestes.

No te apenes, hijo del cielo y de la tierra, porque es verdad aquello que todavía querré decirte; escucha y comprendeMe en serenamente.
Aquel que tiene sed de Verdad, no se aleja de la verdadera fuente más bien queda saciando su sed hasta que su espíritu no sea saciado y elevado en Justicia y Verdad.

En Verdad Yo digo:"Las inmensas alegrías del Cielo son como alhajas recostadas en un fondo de limpidísimas aguas".
Las limpísimas aguas quieren ser semejantes a la clara quietud del espíritu humano purificado de los turbios instintos y esclarecido por el amor más puro. El fondo es el alma, en donde yace suavemente el esplendor de la eterna Luz manifestada, la vida de la vida, la preciosidad de las Celestes Virtudes.
Estate seguro, hijo, no todas las aguas son límpidas, ni todos los espíritus purificados.

El tesoro de Mi reino está en todos Mis Hijos y está en todos ellos el amor de conocer el gran Bien que les he donado.
No dar voz al cordero que tiene miedo de tal Verdad, porque es cierto que él será golpeado el día oportuno y aquél día, en Verdad, está cerca.



A BORDO DE UNA ASTRONAVE
VIAJE A LA LUNA NEGRA.
Eugenio en uno de sus encuentros con Ellos, después de una llamada telepática, se encamina al Valle de las Águilas del Etna, en donde lo espera una enorme astronave de 600 metros de longitud.

Lateralmente se abre, como un arco, una entrada y desciende una escalerilla hasta el suelo, sale un Extraterrestre con el cual Eugenio se había encontrado anteriormente y le hace señal de subir. Observa que la astronave, vista de cerca, tiene diferentes coloraciones. Entra en una sala con luces que varían del amarillo azulado al verde esmeralda y percibe una sutil vibración.

En el interior le da la bienvenida el comandante Woodok. Al partir Eugenio sólo advierte una ligera presión. Lo hacen sentar en un sillón anatómico, aparentemente de cuero o material plástico, hecho de forma que permita el reposo de la columna vertebral, dejando libre el torax, con un apoya nuca en la parte superior. El interior de la nave está dispuesto con espaciosos pasillos, desde los cuales se accede a las habitaciones. Algunas son enormes laboratorios espaciales, otras son cómodos dormitorios con camas anatómicas. Sólo puede visitar el compartimento de análisis y el otro en donde se unifican los controles de vuelo. En el primero hay enormes cuadros cartográficos, paneles luminosos que muestran las lineas magnéticas de la tierra y del espacio, las imágenes de la zona que se está sobrevolando. Muchos de estos paneles tienen enormes zooms que permiten acercar y alejar las imágenes a voluntad.

En el compartimento de los controles, un aparato llama, con gran interés, su atención: un televisor cuadridimensional globular que recibe y proyecta imágenes, incluyendo la propia astronave y su interior. Eugenio se ve proyectado en la pantalla de la televisión como si fuese filmado desde otra astronave.

Desde su asiento anatómico puede seguir el vuelo, las imágenes y los movimientos en TV. En pocos segundos ve la Tierra como una pelota de fútbol.

El viaje se había iniciado a las 20,30. Siete minutos después la astronave aterriza sobre la Luna Negra. Es un satélite artificial que sigue una trayectoria continua entre la Luna y Venus, con el objetivo de mantener a la Luna en su órbita evitando su precipitación sobre la Tierra.

La Luna Negra, en su interior, es una autentica ciudad suspendida.
Eugenio es conducido a un gran salón en forma de herradura, brillante como recubierto de placas de plata. A lo largo de las paredes hay una serie de nichos de cristal luminoso, en donde sentados y en estado de desdoblamiento controlado, están los cuerpos de numerosos seres.

Telepáticamente pregunta que signifíca y quiénes son:

"Se trata de hermanos en misión sobre el planeta tierra: para nosotros el desdoblamiento controlado es como para vosotros el sueño. Pueden ir la sobre  tierra y volver.
Sobre la tierra realizan este trabajo astral casi 6 millones de seres. Les es permitido quedar hasta los 80 años, luego deben volver. La vida media de uno de nosotros es de 1.200 años terrestres.

Eugenio pide información sobre la Luna: 

"No es aconsejable habitar sobre la superficie lunar porque el núcleo central ígneo cósmico está en continua contracción con pérdida de masa. 
Los cráteres lunares no son debidos a la caída de meteoritos o impactos, sino al vacío que la perdida de masa causa con hundimientos imprevistos.

Además la superficie de la Luna está sometida a temblores derivados de la influencia de los océanos terrestres. Los científicos rusos intentaron develar estos secretos y algunos astronautas perdieron su vida en esto.

A 400 metros bajo la superficie lunar, el hombre terrestre puede encontrar los elementos necesarios para la sobrevivencia, hay oxigeno, agua y presión.
Actualmente la ciencia terrestre no está capacitada para conocer las particulares condiciones en que se encuentran los cuerpos celestes y ni siquiera, el cambio radical que se produce en el anillo magneto-esférico cuando se inicia la progresiva absorción hasta el centro de toda la masa del cuerpo celeste, debida a la pérdida progresiva de la masa del nucleo igneo cósmico.

Esta absorción, además de provocar la compenetración de los elementos atmosféricos sobre el plano físico, también produce una modificación sustancial de la fuerza de cohexión de la materia y una consecuente contracción de toda la masa hacia el centro.

Nuestras bases espaciales instaladas, desde hace milenios, sobre vuestro satélite se encuentran en la cara opuesta. Las zonas que ofrecen mayor seguridad para un alunizage son aquellas que vosotros llamais Mares".


Después de 2 horas y 20 minutos Eugenio retorna a la Tierra, habiendo recorrido 470.000 kilometros.

Un sistema de propulsión de los medios desplazamiento es la

ENERGIA VERTIGINOSA FLUCTUANTE
La energía vertiginosa fluctuante, para expresarla en términos científicamente terrestres y admisibles por vuestro sentido interpretativo, es una masa de energía magnética globular, generada en el interior del medio y proyectada en la dirección deseada.

Tal energía, que es justamente el resultado de una modificación parcial de los glóbulos solares aprisionados por el círculo vertiginoso, vuelve al medio, por ésta sostenido, en una completa posición antigravitacional y, por consiguiente, con ausencia de peso y de volumen.
En verdad, cuando el medio se mueve no es, de hecho, empujado, más bien arrastado por la energía proyectada.

Para especificar mejor, decimos:
En el acto en que se proyecta la energía, el disco, que está adherido al círculo, se proyecta automáticamente en la dirección y a la distancia deseada.



CONTACTISMO
Es una empresa difícil sensibilizar, instruir, comunicarse con la especie humana del planeta tierra, habituada como está a poner al revés los valores existenciales y las leyes universales.
No es una empresa fácil el contacto, la comunicación, privados de desconsideradas reacciones y también de violencias físicas y psíquicas.

Los pueblos de la tierra han sido contaminados seriamente, por conceptos ilógicos anteponiendo, con fines especulativos por poder o por dominio, el valor negativo al positivo, el mal al bien, la guerra a la paz y la injusticia a la justicia.

Los mismos gobernantes terrestres, animados de buena voluntad para desarrollar bien su cometido, a menudo son obstaculizados por la furia de lo irracional y de las determinaciones ilógicas.
Los hombres de la tierra están talmente viciados de anomalías y de absurdas satisfacciones, de las cuales muchas letales, que se sienten violentados cuando alguien les aconseja quitarse de encima el manto de la muerte y de la miseria moral.

No es aceptable la verdad, aún si esta induce a una existencia prospera, sana y feliz.

Son muchos aquellos que creen que la percepción extra-sensorial sea un hecho que sólo interesa a esta generación vuestra. En verdad, este poder perceptivo existe en el hombre de la tierra desde su venida sobre este planeta.
En el gran pasado los pueblos de la tierra comunicaban, por medio de este poder, con extrema facilidad. Luego, a través de los milenios, este ejercicio fue lentamente abandonado.

Ahora vosotros os maravilláis porque todavía, no habéis comprendido vuestra verdadera naturaleza primitiva. Sobre la tierra se dicen un mundo de falsedades y, a menudo, es necesario mucho tiempo para que os deis, efectivamente cuenta de una determinada verdad.

En vuestra vida actual hay curiosos contrastes. 
Comprendemos que el índice de el desarrollo espiritual de los hombres de la tierra no es reconfortante y, por este motivo, nuestras operaciones encuentran enormes dificultades de diversa naturaleza. 
Pero estando obligados a deber provocar aquellas causas necesarias para obtener los efectos útiles a la completa solución de determinados desarrollos vibratorios y de vuestra psique, estamos obligados, a pesar nuestro, por vuestro bienestar futuro, a forzaros, sin vuestro personal querer, a sufrir la intervención de algunos poderes para vosotros desconocidos, no letales a vuestra salud, pero suficientemente idóneos al fin de provocar aquellas determinadas características, extremadamente indispensables para alcanzar una meta, mantenida celosamente secreta.

No creáis ser los únicos a deber sufrir tal método.

En otras circunstancias semejantes, en otros planetas, hemos debido adoptar el mismo método. Lamentamos, solamente, el exiguo número de terrestres idóneos a tal sondeo.
Es útil que conozcáis, también, que hay hombres, nacidos y crecidos sobre la tierra que poseen la rarísima capacidad de entrar en contacto mental con Criaturas de Inteligencia Cristica.

En diferentes mundos del nuestro y de otros sistemas solares existen los llamados Conductores, Criaturas de Divina Inteligencia y de Cósmica Conciencia. Estos poseen capacidades excepcionales.
Conocen a la perfección aquella fuerza por la que cada cosa, comprendidas las criaturas vivientes, asume una determinada posición respeto a la línea evolutiva y energética de tal fuerza, cuya Inteligencia es de naturaleza Cósmica y que, también, nosotros llamamos: PADRE CREADOR.

Sus mundos están mucho más cercanos a los núcleos centrales de los Universos y su naturaleza está subordinada a las Leyes que gobiernan la Conciencia y la Inteligencia Cósmica. Además poseen otra enorme capacidad, no transmisible a otros que no hayan alcanzado aquella evolución indispensable para poderla poseer. Se trata de la capacidad de deshacer o de recomponer sus cuerpos a su gusto. Finalmente, pueden, en una dimensión que también nosotros desconocemos, volverse inmunes al calor (metal en estado de vapor) transformando sus cuerpos físicos en cuerpos extremadamente energéticos y por lo tanto, proyectarse rápidamente a incalculable distancia.

Estos son los Conductores o, mejor, aquellas Criaturas Angélicas como vosotros Les llamáis, que más que vosotros, que nosotros y que de otros mundos mucho más avanzados, operan al unísono con aquella Grande, Incomensurable Fuerza que vosotros llamáis:
DIOS.
Ellos son impenetrables y se complacen en instaurar, con Su Potente voluntad, aquellas Leyes que son de Naturaleza Puramente Espiritual, mientras la principal obra consiste en coordinar la compleja estructura de las diferentes Fuerzas Creativas. 
Poseen una escala jerárquica imposible de explicarse, y también sobre la tierra, como en tantos otros planetas del nuestro y de otros sistemas solares, Su actividad viene expresada en el modo más evidente para nosotros, pero no para vosotros. Pero, en el gran pasado han realizado grandes cosas. Entre tantos bastará citaros el Divino acontecimiento del Cristo sobre la tierra.
También sobre el nuestro y sobre otros mundos hay criaturas como vosotros y como nosotros que actúan al unísono con la Inteligencia Cristica.

Sus percepciones son de naturaleza muy diferente y, a menudo, actúan positivamente sobre el devenir de algunos acontecimientos evolutivos de la especie.
Ellos pueden parangonarse, por daros un ejemplo, a aquellos que, sobre la tierra, prepararon uno de los últimos acontecimientos de vuestra historia: Jesu-Cristo, Job, Jacob, Elías, Moisés, Ezequiel, Pedro, Pablo, Juan, Lucas y tantos otros, que como ellos operaron, al unísono con esta Inteligencia Cristica, en campos vastísimos, modificando estructuras morales y espirituales de enorme importancia para la humanidad de la tierra.

También nosotros hemos tenido estas criaturas a lo largo del ciclo evolutivo de nuestro planeta y de nuestra raza; les debemos a ellos, y sobre todo a nuestra buena y sabia fe, el haber conseguido superar los estados evolutivos sin sufrir los efectos de aquellas causas que la Ley Cósmica impone para el superamiento forzado del ciclo evolutivo del planeta y de las criaturas que en este viven.

Vuestra arrogante ignorancia, todavía hoy, os pone en esta trágica alternativa y, a pesar de las enseñanzas escogéis siempre la peor, es decir la de la imposición.
Nosotros quisiéramos poder ayudaros y, en verdad, en los límites de lo posible lo hacemos.
Pero también nosotros debemos obedecer y actuar sin invadir los campos que no nos pertenecen. Sois vosotros, y solamente vosotros, a deber comprender y a modificar los motivos principales que ponen en seria carencia vuestra Conciencia. Sois vosotros, que os obstináis en crear la difícil situación en que os encontráis y en atraer los efectos de la Gran Ley Universal.

Nosotros, sobre este campo, no podemos hacer nada. Tenemos grandes preocupaciones por vosotros, por vuestro modo de conducir tan trágicamente la vida, pero debemos limitar nuestro cometido a aquello que nos viene, perentoriamente, sugerido por aquellos que son más sabios que nosotros.
Estáis obstinados en seguir ligados a prejuicios absurdos, volviendo vuestra vida un teatro de inaudita violencia animalesca.

Sabemos que no son los pueblos los que quieren tanta absurdidad y también conocemos quienes son los responsables, las fuerzas opuestas que impiden la realización de ideales más sanos y más constructivos.
Nos mantenemos constantemente en la observación más atenta y escrupulosa, con el fin de impedir el paso hacia la degeneración completa. Los responsables deben, absolutamente, convencerse que no puede depender más de ellos, y mucho menos de un conflicto atómico, la solución de los problemas que se han presentado ante el hombre de este planeta. Hay una perfecta relación con la conquista del espacio y con la posibilidad de entrar en una más grande y concientizada familia.
He aquí el principal motivo que nos anima y, a menudo, nos fuerza a duros y persistentes sacrificios.

Nosotros sabemos que vosotros os preguntáis: 
¿Por qué no bajan?. 
¿Por qué se muestran tan pesimistas con respecto a nosotros?. 
¿Por qué solamente se hacen ver en zonas despobladas?. 
¿Por qué no actúan por la fuerza para darnos el bienestar y sus conocimientos?. 
Y tantas otras preguntas a las que quisiéramos dar respuesta.

Bastaría tener una gran imaginación para poder comprender. Nosotros os decimos imaginar solamente esto: ¿Qué sucedería si una de las dos potencias en confrontación llegase a conocer nuestras nociones científicas?.

Sabemos lo que debemos hacer y lo hacemos perseverando sobre directivas que no admiten discusión. Mientras tanto, sería más oportuno (y nos maravillamos de que esto suceda tan lentamente y aureolado de tanto pesimismo), observar que en el aire hay algo nuevo y extraño que os observa, dandoos la certeza de una potencia sabia y superior a cualquier otra nación de la tierra. ¿Creéis, quizás, que no habríamos tenido la posibilidad de poner en acción medios más persuasivos para haceros comprender rápidamente nuestras intenciones y nuestros planes?.

Nosotros conocemos el camino del Supremo Bien y no sabemos tomar otros caminos fuera de este. Pero os aconsejamos de no meceros plácidamente en esta afirmación nuestra, que quiere ser la especificación de nuestra Conciencia y de nuestra Justicia.
Nuestro estado evolutivo está, como ya os habíamos dicho, ligado a la educación de un estado evolutivo superior, índice de una Conciencia determinativa que tiene la posibilidad de adoptar, cuando lo cree oportuno, el medio de los efectos ya indicados.
En este tiempo, empleamos el sistema del sacudimiento sensorial y también nos preocupamos de evitar la inmensa catástrofe atómica que habría acaecido, sin lugar a dudas, si no hubiésemos intervenido a tiempo.

Habríamos podido provocar la completa destrucción de la potencia bélica y científica al servicio de la autodestrucción, pero no lo hemos hecho y todavía evitamos hacerlo para no provocar en vosotros la sensación de una fuerza hostil invasora.
Por el momento, nuestro más agobiante cometido es el de volver, al máximo, eficiente el aparato sensitivo de nuestros colaboradores terrestres, hoy numerosísimos, en modo de crear los elementos indispensables para una mejor y provechosa colaboración en el inmediato futuro.

Sentimos tanto asombro de que los hombres de la ciencia terrestre no se preocupen de estas indispensables cualidades antes de emprender un verdadero viaje sobre los otros planetas.
No preocupándose, podrán sufrir verdaderas lesiones en el aparato sensorial, con serias consecuencias para el equilibrio psíquico.

Nuestros colaboradores terrestres han sido elegidos después de un cuidadoso sondeo mental particularmente escrupuloso.
Alguno no ha resistido, algún otro ha quedado negativo, otros más han superado los primeros contactos y finalmente otros muchos, que son el verdadero premio a nuestra fatiga, en plena superación de las últimas y definitivas pruebas. Luego hay algunos, como ya os habíamos indicado, que son por particulares predisposiciones nacidas con ellos, colaboradores directos de los conductores. Estos son mucho más de vosotros y de nosotros y están, no siempre pero a menudo, al unísono con la Inteligencia Cristica.

Estos pertenecen, como ya os habíamos indicado, a especial categoría de operadores que actúan por orden de una conciencia que también sobrepasa la nuestra. Estos son terrestres, pero su existencia sobre este mundo vuestro ha germinado de una raíz muy diferente de la común raza humana.
Esta historia es antiquísima y si lo queréis podéis conocerla mejor, leyendo un libro que os es tan querido. Nosotros somos respetuosos con estos y nuestros coloquios son de profundo Conocimiento Universal.

El universo es un Gran Organismo que hace parte del Cosmos.
El Cosmos está formado, a su vez, por un innumerable grupo de Organismos, o sea, de otros Universos.

Estar en conocimiento de esto no es suficiente para volverse conscientes; es necesario conocer la estructura interna de cada órgano para poder comprender la externa.
Si para el ser viviente la fisionomía exterior es la suma de todos los valores interiores, también para el Universo en el que nosotros, vosotros, y otros viven, se manifiestan las mismas acciones. Los órganos no son otra cosa que los desarrollos subjetivos aparentes en el exterior.

El motor propulsor, es decir el objeto, está en el interior y de éste dependen todas las específicas manifestaciones aptas e idóneas para desarrollar en aquella determinada dimensión la propia particular obra. Vosotros, terrestres, sabéis muy bien que sois hechos a Su Imagen y Semejanza, pero siempre habéis interpretado, errando, el concepto base de esta verdad.
El fenómeno, así lo llamáis vosotros, es un efecto que va escrupulosamente ligado a una causa que también se puede definir una ley.

Por ejemplo: la ley gravitacional es la causa de múltiples efectos que, todavía, vosotros ignoráis completamente. Estáis sometidos a tales efectos, sin daros mínimamente cuenta de los verdaderos valores positivos, que estos proponen en vastísimos campos de vuestra existencia.

Estáis en el error si pensáis que la ley gravitacional es una dura barrera para las realizaciones astronáuticas que, desde hace tiempo, os proponéis realizar. Nosotros os decimos que justamente en aquellos efectos están los elementos básicos que os podrán permitir anular tales dificultades. Vosotros, terrestres, siempre estáis animados por el instinto de andar contra corriente y, por este motivo, demostráis mucha lentitud en la realización de las cosas más simples. Tenéis conocimientos completamente equivocados y opuestos de cómo deberían ser.
La culpa es siempre vuestra porque dedicáis más tiempo a admirar las deformidades de una mente tarada o de un hecho inmoral que a proponer a vuestro interés cosas y hechos que expresan una imperiosa necesidad de satisfacer las exigencias de vuestro Espíritu.

Vosotros, terrestres, trabajáis mucho para el exterior sin percataros que quien siente y ve, quien juzga y aprecia es el interior, o mejor aquella fuerza que es vuestra verdadera personificación y que está íntimamente ligada a aquellas Eternas Leyes que gobiernan el inconmensurable Cosmos.

Os parecerá dura nuestra forma de expresarnos, pero también debéis comprender que para nosotros los medios términos y los enredos, como habituáis a hacer, vosotros terrestres, no existen.

La demostración de una verdad es una extrema necesidad que hace parte de los principios básicos sobre los que se apoyan sólidamente nuestra Conciencia y nuestro modo de vivir.
Expresar el concepto de los propios defectos es difícil, especialmente cuando estos defectos aparecen manifestados. Para nosotros esta dificultad nunca podrá existir, siendo todos conscientes de decir sólo y únicamente la verdad.

Cuántos males podríais evitar, vosotros terrestres, a vuestro prójimo y a vosotros mismos, si pusiéseis en práctica este precioso instinto de ser veraces en lo verdadero, de demostrar con serenidad de conciencia y de justicia la verdad.
Cuántos delitos habéis cometido y cuantas injusticias cometéis y cometeréis por no decir la verdad en todas las circunstancias de vuestra cotidiana vida.

Nosotros no comprendemos como podéis vivir con tanto peso en el alma y en la conciencia.
Innumerables son las lagunas que os vuelven la vida más desesperada y más errante que la de un multiasesino en consciente remordimiento.
Comprendemos que es vuestro estado evolutivo que os quiere tan insensibles, pero no podemos no deciroslo con el fin de espolearos, de sacudiros de este dañino aturdimiento psicológico en el que os habéis rabiosamente encerrado.
Nosotros deseamos comprenderos y amaros, daros la vida que conduce a los más lejanos lugares del espacio, indicaros el camino del bienestar colectivo, de la verdadera felicidad, de la prosperidad más sentida, del amor más puro hacia el Padre Creador y hacia vuestros semejantes de cualquier color y raza.

Quisiéramos, con toda la fuerza de nuestras almas, sentiros más cercanos e indicaros, finalmente, el sendero de una Conciencia más pura y una Justicia más sana.
Estos son los verdaderos instintos que nos animan y nos empujan al sacrificio y a la tolerancia. Depende de vosotros, y solamente de vosotros, encontrar estos altos sentimientos nuestros y provocar la gran alegría para nuestras nutridas esperanzas. No podemos abandonaros a vuestro destino. Nuestros Padres son vuestros Padres y no podemos no sentir este imperioso deber, este inextinguible amor hacia vosotros, que sólo el espacio y el tiempo nos ha separado. Nosotros conocemos toda vuestra historia desde el principio hasta hoy. Nuestros Antepasados han estado con vuestros Antepasados en el tiempo remoto y nos han transmitido el horror de vuestras vicisitudes y de vuestras amarguras. Ya no sois como fueron los otros en el gran pasado.

Ahora podéis, si queréis, salir todos juntos al vértice del inmenso Bien. Esforzaros, combatid aquello que en cada uno de vosotros es el otro, el contrario, el malo, el incomprensible, el odioso, el asesino, el injusto, el inconsciente.

Los primeros Padres de esta raza vuestra, eran verdaderamente Dioses venidos a éste y a otros mundos del sistema solar, de lejanas Constelaciones de nuestro Universo.

Suavizar vuestro escepticismo es algo tan difícil y no nos ilusionamos, para nada, de que podáis acercaros a esta verdad.
Tenéis poca fe y vuestras atenciones están excesivamente dedicadas a cosas demasiado inútiles para poder coger, con vuestro pensamiento, el largo tiempo que os separa de vuestro verdadero principio.
Muchas son las narraciones que seducen de alegría a pequeños y mayores.
Nosotros no queremos referirnos a aquellas fábulas salidas de la fantasía de los hombres, más bien a aquellos relatos mitológicos que han llegado a vuestro conocimiento a través del tiempo y en modos algo significativos. Habéis hecho interesantísimos descubrimientos arqueológicos y todavía los haréis, pero ¿para qué sirven si no sabéis extraer el verdadero significado histórico?.

¿Catalogarlos, exponerlos en los museos con brevísimas relaciones especificas e históricas, a menudo falseadas por conceptos erróneos?.
No bastan estos conocimientos para poder asumir el pleno conocimiento de aquello que viene a la luz después de tantos milenios de oscuridad.
Vosotros, terrestres, estáis habituados a valorar solamente lo externo de las cosas sin preocuparos del interior, es decir, del íntimo significado expresado y que indica el sentido evolutivo o involutivo del camino del hombre sobre la tierra.
Hay algunos estudiosos sobre la tierra que quisieran analizarlos con el justo sentido de relación que existe entre la figura y el grado evolutivo de la raza humana o del período histórico íntimo, que a ésta se refiere. Estos son, verdaderamente, los únicos que van en busca de valores útiles para adquirir conocimientos para entrever vuestros orígenes.
Nosotros, a menudo, realizamos visitas a Perú, Bolivia, México y en toda América central y meridional. Notamos, con gran satisfacción nuestra, los elementos que sirven para testificar la autenticidad de nuestro saber sobre vuestros orígenes y también sobre el nuestro, por reflejo. La raíz es única aún si el espacio y la enorme distancia nos separan.
Vosotros, esto, no lo pensáis, pero vendrá un día en que a estos coloquios nuestros, en el modo como acaecen, les daréis el justo valor que merecen.
Nuestro fin no es el de haceros conocer estas cosas, más bien el de acelerar y multiplicar los elementos positivos, para un futuro contacto.
Es verdaderamente por este motivo que ejercitamos a nuestros colaboradores sobre la tierra.
Nosotros tenemos necesidad de aquellos que pueden, en un cierto momento, captar nuestros pensamientos para poder operar sin temor.
Las mentes no adiestradas y, por consiguiente, no idóneas a la percepción sensorial no pueden entrar en contacto con nosotros.
Los peligros son múltiples y de seria gravedad para aquellos que nos están iniciados a tal cometido.
Bastaría una serie de ondas-imágenes de corta duración para causar laceraciones en el interior del cerebro o, como mínimo, desequilibrios de naturaleza psíquica. Nosotros evitamos, al máximo, el contacto mental con los sujetos indispuestos, porque conocemos los efectos que pueden surgir. Conocemos perfectamente las cualidades que son necesarias para que un sujeto pueda percibir sin recibir daño alguno.

Es, verdaderamente, difícil encaminar a tal iniciación al sujeto, siendo varias las reacciones a las que éste viene propuesto.
Entretanto estamos en perfecto conocimiento de los desarrollos que, poco a poco, se van verificando, no pasando por alto los efectos, que caso por caso examinamos con escrupulosidad. Los terrestres que desean, efectivamente, conocer muchas cosas, son pocos, pero a nosotros nos interesa que ésto advenga aún si es lenta  y progresivamente.



DISCOS VOLADORES
UNA REVELACIÓN PURAMENTE MESIÁNICA
Como Tomás, discípulo de bíblica memoria, la gran parte de los hombres de este mundo quiere ver y tocar sólo la parte física, instrumental y científica de estos prodigiosos medios que hoy llamamos Discos Voladores, rechazando del modo más categórico el otro aspecto, mucho más importante y que se refiere a la parte reveladora de su presencia y de sus simbólicas amonestaciones, el MESIÁNICO.

Los encuentros entre estos Seres Superiores que viajan con tales medios (discos voladores), con algunos particulares hombres del planeta Tierra, revisten las mismas características de los contactos acaecidos en un tiempo pasado.
Por citar uno de los más importantes, acaecido entre estos Seres y los hombres de este mundo, hombres particularmente seleccionados y con predisposiciones psico-fisico-espirituales por estos Seres deseadas, es aquel verificado entre el profeta bíblico Abraham y tres de estos personajes, volumétricamente evolucionados, provenientes de los espacios externos de la Tierra.

Estos maravillosos personajes, con indumentarias vistosas e insólitas para la generación de aquel tiempo, fueron llamados por el mismo Abraham: “DIOS, SEÑOR, DIOS”. (Génesis 18).


ENSEÑANZAS Y AMONESTACIONES QUE DISCURREN
EN LA OBRA DEL MENSAJERO
Hermano querido, escucha y escribe:

Sobre la tierra, en verdad, la justicia todavía no tiene reino y, sin ésta, la paz no puede existir. Justicia es Renovación.

Vuestra sociedad es animalesca e incivil, brutal y contraproducente para los verdaderos valores de la vida.
Sois tontos y malvados con vosotros mismos y de ésto no queréis, absolutamente, arrepentiros. Depauperáis en edificaciones inútiles los grandes recursos de vuestro planeta, minando, cada vez más el equilibrio de la necesidad colectiva y creando situaciones paradójicas y reaccionarias.

Exaltáis vuestra avidez como cosa evolucionada, humana, justa.
Vosotros sólo tenéis una lejana idea de la verdadera civilización y nosotros creemos oportuno daros una de las peores que existe en vuestro Universo: la nuestra que, en comparación con la vuestra, es divina y paradisíaca.
Nuestra civilización, aún cuan increíble os pueda parecer, está llena de armonía y de serena paz. Nuestros conceptos se apoyan firmemente sobre las sólidas bases de la Justicia Universal, del Amor Universal y de la Verdad Universal. Nadie puede ser privado de tal bien y nadie es mejor que el otro en la obra organizativa.

El misterio de nuestra existencia no existe y no existen actos de naturaleza contraria a nuestras exigencias naturales. Gozamos de la más absoluta tranquilidad porque nuestra ciencia está dedicada a la perfección de las cosas que nos son útiles y necesarias. Sólo nos preocupamos de competir con amor para obras edificatorias a favor de aquellos que, como vosotros, viven en un estado deplorable y penoso.

Somos patrones de los espacios y cumplimos con devoción el arte más precioso y más bello que un ser, consciente de sí y de su prójimo, puede realizar.
Conocemos la Entidad Creativa y practicamos, con celo y fe absoluta, los principios eternos de Sus justas Leyes. Nosotros amamos profundamente la armonía de lo manifestado y también estamos enamorados de lo no manifestado, porque sabemos que en él está encerrado el devenir continuo y eterno de cada cosa, que nos permite alegrar nuestra existencia.
Nuestra dimensión, aún siendo dualista, nos permite practicar, sólo, la mejor parte de la dualidad sin competir a través de la parte peor, como vosotros hacéis sobre la tierra.

Nosotros conocemos el bien y otra cosa no hacemos sino el bien como fin supremo.
El mal es un medio que hemos superado desde hace muchísimos milenios, por obra de aquellos que tuvieron cuidado de nosotros y piedad de nuestra pobre conciencia. Nosotros, que no hemos perseguido ni matado, ni hemos cometido graves insubordinaciones al Padre Creativo, nos hemos elevado, en corto tiempo, de la mísera conciencia por haber dado, a la justa palabra y a las justas enseñanzas, la máxima atención y la máxima práctica. Ahora, como Él quiere, nosotros hacemos y al mismo tiempo devolvemos aquello que en un tiempo nos ha sido hecho a nosotros. Estos, en verdad, son los ciclos operativos de la conciencia sobre los diversos planos evolutivos que permiten competir según los principios que brotan de la voluntad del Padre Creativo.

En el universo hay siete planos de conciencia y la nuestra, como ya hemos dicho, es la menor de las mayores. Nuestra obra satisface plenamente nuestras exigencias espirituales y nos vuelve conocedores de las obras futuras que con gracia y humildad aceptaremos, siendo obras de eterna gloria.
Las conciencias son inmensas y todas puestas en la obra del bien, para edificar bien. Nosotros no tenemos armas, ni es necesario tenerlas.

Los conocimientos sobre las dimensionalidades nos permiten, suficientemente, maniobrar del modo conveniente a nuestros deseos, potentes fuerzas para vosotros inimaginables.
Nuestros medios espaciales, que vosotros ya conocéis por haberlos visto repetidas veces sobre vuestra tierra, están privados de armas. A nosotros nos basta aquello que conocemos y poseemos para defendernos.
Nosotros estamos en contra, por absoluto principio, también de herir. Cuando estamos obligados a hacerlo usamos un medio, para vosotros desconocido, que nos permite absorber en parte, sin provocar mal, la energía que vivifica vuestro cuerpo. Esto nos permite, como en verdad nos ha permitido, evitar muchas veces vuestras inconscientes reacciones. No es el único medio que usamos, hay otros de diversa naturaleza.

Conocemos, desde hace milenios, la energía nuclear, pero nunca hemos hecho mal uso de ella, como vosotros hacéis y continuáis haciendo, en vuestro exclusivo perjuicio.
Nosotros también conocemos la verdadera energía magnética que, en verdad, nos permite efectuar larguísimos vuelos en brevísimo tiempo.

Finalmente conocemos la energía que edifica la vida y que nos permite vivir en diferentes dimensiones de tiempo y de espacio.


LAS RELIGIONES: LA GRAN BABILONIA
Un grupo de Genios Cósmicos llega sobre el planeta tierra para injertar el “Ego-Sum”, para hacer al hombre a Su imagen y semejanza.

A medida que el injerto se expresa en la forma y en la sustancia, los arquetipos controlan periódicamente evoluciones e involuciones de la especie, ayudando la parte que más responde a los instintos de la genética injertada.

Los dioses de los tiempos remotos, de quienes brotaron las religiones y sus leyes, fueron frutos de actividad misionaría de los Seres Luz provenientes del Padre Creador ¡“Sol”!

Fueron estos dioses quienes escogieron la forma y la sustancia por ellos instruida para poderlos personificar.
Por ejemplo: Cristo no era Jesús. Se volvió Jesu-Cristo cuando Su Divina Luz compenetró a Jesús para hacerse personificar, tanto en la forma como en la sustancia. Esto acaeció durante el bautismo realizado por Juan Bautista, también él guiado para cumplir cuanto cumplió sin dilación.

Así es para todos los otros dioses solares que se han sucedido en el tiempo, para enseñar los valores portantes de la vida y de su significado.


LA IGLESIA ES LA HUMANIDAD
La verdadera iglesia es una e indivisible.
La humanidad es la multiplicidad de Su unidad y es en ella que Dios se vuelve viviente en el espacio y en el tiempo.


NI PAZ NI PROGRESO SIN JUSTICIA
Vuestra conciencia no edifica con justicia, ni con equidad y con amor al prójimo, las cosas necesarias, útiles a la vida.

Los bienes que el cielo os concede son bienes de paz y medios de progreso evolutivo físico y espiritual. Si de tales bienes no hacéis buen uso, estos ciertamente se vuelven elementos de discordia y medios de retroceso físico y espiritual.

Vosotros, terrestres, deseáis tanto la paz, la invocáis cotidianamente y en cada ocasión la pedís a Dios, pero al mismo tiempo ponéis vuestro egoísmo, ciego y malvado, por encima de tal deseo pisoteando la justicia, pilar indispensable y sostén seguro de la paz y del progreso humano.
Este planeta os ofrece muchísimo y mucho más os concede la Divina Providencia, pero vosotros estragáis, gastáis en cosas bastante inútiles tales ricos dones, actuáis de forma bastante contraria a la misma paz y al bien colectivo de los seres.

Es necesario que los hombres propuestos a administrar las riquezas celestes estén animados de justa conciencia, de mansedumbre y llenos de amor hacia las justas necesidades del prójimo.

Es necesario distribuir con equidad y justicia las cosas de Dios.
Sólo haciendo así podrá reinar la paz y el bien entre los hombres de la tierra.
¡De otro modo, no esperéis nunca ni paz, ni bien!.


SOBRE LO NUCLEAR
Lo que los extraterrestres han dicho al Sr. Eugenio Siragusa.
¡Los mortíferos efectos de los experimentos nucleares subterráneos cambiarán, dentro de poco, la faz de vuestro planeta tierra, si los hombres responsables no los proscriben inmediatamente!. Vosotros, científicos terrestres, no imagináis, ni siquiera lejanamente, lo que ya habéis edificado y aquello que todavía os proponéis edificar con vuestra insensata manía de la ciencia atómica.

La gravedad de vuestros actos supera todo límite de irresponsabilidad y de abyecto sentido de egoísmo. Si la tierra ha temblado y continuará temblando con tanta violencia destructora, la culpa es principalmente vuestra, de vuestro cínico orgullo, de vuestra inconsciente ciencia, privada de control, que ignora totalmente los desastrosos efectos producidos por las explosiones nucleares en el subsuelo sobre la masa ígneo-cósmica de vuestro planeta del que constituye el núcleo.
Los actuales desastres que ya han segado un considerable numero de víctimas inocentes, son bien poca cosa en comparación con los que, inevitablemente, debéis esperaros en un tiempo muy próximo a llegar.

Enteros continentes podrían ser quebrados por la terrible fuerza titánica de los elementos ígneo-cósmicos que, con tanta infantil desenvoltura, habéis turbado y puesto en tan peligrosa agitación.
Ya, desde hace tiempo, a través de nuestro diligente operador Eugenio Siragusa, os hemos advertido de cuanto ahora se ha verificado.

Lo único que podéis hacer para remediarlo es detener inmediatamente todo tipo de experimento nuclear y en particular, los subterráneos si queréis evitar, en el ulterior futuro, peores e irreparables destrucciones.
En el pasado, como desgraciadamente en el presente, hemos hecho y continuamos haciendo lo posible para contener los otros efectos igualmente letales de la "Redecilla Atómica" itinerante en el espacio de vuestra atmósfera.

Todavía, sin embargo, los residuos son abandonados y el hecho de encontrarlos es muy frecuente. Todos los hechos con relación a estos se revelarán catastróficos.
No obstante, estos residuos radiactivos están destinados a ser neutralizados si los hombres de ciencia y, sobre todo, de gobierno mantienen los compromisos asumidos en el reciente tratado que prohíbe ulteriores experimentos atómicos, tanto en superficie como en la atmósfera.

¡No es así para los experimentos subterráneos!
¡Nosotros no podemos intervenir, no podemos hacer nada!
Los efectos que se han desarrollado deben agotarse por sí mismos. La regresión de las ondas que agitan la masa ígneo-cósmica necesita un tiempo bastante largo hasta que vuelvan a encontrar el natural asentamiento. El orden fundamental está trastornado por vuestra ciencia criminal. ¡Está en vosotros, científicos y hombres de gobierno, impedir un posterior agravamiento de la ya precaria situación, las monstruosas causas de tantas tribulaciones, de tanto dolor, de tanto terror!

Está en vosotros, finalmente, decir: "¡basta!". Es un "¡basta!" por amor hacia quien sufre y hacia quien espera en vuestra cuerda conducta después del arrepentimiento.

¡Nosotros os hemos, una vez más, advertido!.
Catania, 30 de julio de 1963.



EL HOMBRE NO DESATE LO QUE DIOS HA ATADO
Al hombre le es concedido desatar aquello que él une, pero no cuanto Dios ha unido todavía antes de que el hombre fuese, que el universo se manifestase.
La ciencia terrestre intente poseer la verdad que instruye armónicamente, en obediencia consciente a las fuerzas creativas, la vida de cada cosa creada y subordinada a la inmutable ley del flujo y del reflujo cosmológico.

El costoso precio de vuestra insensata abusiva libertad
LA CONTAMINACIÓN
En verdad vosotros, hombres de la tierra, con vuestra irresponsable ciencia, habéis producido una monstruosa cadena de catastróficos efectos. Desde hace años os advertimos de este gran peligro, pero vuestro egoístico orgullo, vuestra oscura fe, vuestra insensibilidad, os han vuelto sordos y ciegos a esta realidad.

Es verdad que la libertad es el vehículo principal de vuestro libre arbitrio, vehículo que, a menudo, os lleva a la gran encrucijada del bien y del mal, pero también es verdad que vosotros tenéis una conciencia, vehículo que une el hombre a Dios, que os da la posibilidad de entrever, en tiempo útil y oportuno, cual es la vía del bien y cual la del mal. Es verdad, pues, que no os servís de este divino medio, sino que preferís sufrir las consecuencias de vuestras inconscientes obras y pagar a tan caro precio los frutos de vuestra soberbia y de vuestro encendido orgullo.
Sabed, hombres de la tierra:
La naturaleza es cuerpo de Aquel que es todo y no es prerrogativa de vuestro libre arbitrio trastornarla así como absurdamente hacéis, turbando su armonía.

¡La armonía de lo creado es la armonía de aquél que vosotros llamáis Dios!. 
Es grave delito tentar de modificar el principio con el que tal fuerza edifica.
Los efectos de esta Divina Causa son vitales para el devenir de todas las cosas, comprendido el hombre. Vosotros no podéis, por consiguiente no debéis, asumir dominio sobre aquello que es sólo y absolutamente prerrogativa divina. Al obstinaros en tal arbitrio, asumís inconscientemente una gravísima responsabilidad, provocando la inmediata intervención de las leyes vigilantes de lo creado.
Ahora, vosotros habéis sobrepasado los límites que son permitidos a vuestro libre arbitrio; habéis superado las barreras que no habríais debido, ni siquiera aproximar.
Si la libertad que os concede escrutar en el profundo misterio de la naturaleza, para descubrir todo aquello que puede ser útil a vuestra evolución y a vuestra sobrevivencia, os ha dado poder para perturbarla y volverla hostil, deletérea y agresiva, ¡pararos, no ir más lejos!

Habéis sobrepasado los límites que os son permitidos, habéis abusado de vuestra libertad y, con cínico egoísmo, habéis producido el desequilibrio de la armonía. Habéis extraído el mal del bien, la muerte de la vida, el sufrimiento de la alegría. Habéis construido una monstruosa cadena de terribles sufrimientos, de titánicos efectos deletéreos que no podéis, de ningún modo, sacudiros de las espaldas hasta después del completo agotamiento de las desordenadas fuerzas en continuo movimiento.
¡Esto habéis edificado vosotros con vuestro orgullo malvado, con vuestra ciega presunción y con vuestro gigante egoísmo!.

¿De que os lamentáis ahora?
¡La culpa es vuestra, solamente vuestra!.
Catania, 14 de octubre de 1963.



Los árboles, los animales, el agua y la tierra son los elementos vivificantes de vuestra existencia, son parte de vosotros mismos. Su gran amor es darse, integrarse en el proceso evolutivo a través del poder transformador de vuestra obra. Vuestro astral viene alimentado por la energía que se sublima a través del binario camino evolutivo vida-amor, muerte-vida. Vuestro cuerpo físico es la resultante de aquello que, aparentemente, está muerto.

El mineral, el vegetal, el agua, el aire y la tierra se vuelven una sola cosa en cada uno de vosotros y a través de vosotros ascienden hacia mejor destino.
Si de vuestras bocas salen blasfemias y de vuestras obras delitos, su destino se vuelve infeliz, tanto como el vuestro, por no haber edificado su santificación, cometido que os corresponde a vosotros, del que sois responsables.

Ha sido dicho: 
“No es aquello que entra en la boca lo que hace daño, sino aquello que sale de la boca”.

Espero que habréis comprendido y podréis, así amar, respetar y custodiar con amoroso cuidado cuanto es para todos vosotros un preciso deber y un respetuoso agradecimiento a la potencia creadora del Padre de todas las cosas.

Los Elementos primordiales reaccionan contra el hombre, discerniendo entre las enzimas humanas.

ZIGOS: Fuerzas primordiales de la creación, fuego, agua, tierra, aire, instrumentos de la superior Inteligencia creativa.
Los hombres que son sensibles a la responsabilidad y cordura operativa, entran sobre un plano de vibraciones que desarrolla una sintonía de amor con los Zigos y sus leyes.


En 1976 suscitó asombro un comunicado de Eugenio en el cual amonestaba a los responsables de las violencias a la naturaleza terrestre. Hizo presente que los posibles, anómalos, desarreglos geológicos habrían abierto, también en Europa, nuevas y enormes fallas: “Italia se quebrará en dos, habrá otros muros de Jericó”.


LOS MONSTRUOSOS INTERESES DE LA SANGUINARIA MÁQUINA BÉLICA

¡Son los enemigos de la paz en vuestro mundo!
¡Los verdaderos fomentadores de los terribles delitos y de la mortal destrucción que devastan la tierra y que os procuran dolores y sufrimientos, son aquellos hijos degenerados del alma humana que maniobran la sanguinaria ciencia de la máquina bélica de vuestro mundo!.

¡Quién, en verdad, quiere la paz, la justicia y el bien entre los pueblos de la tierra y se vuelve válido defensor de los valores físicos y espirituales conformes a alcanzar la abolición de la acción mortal, destructora y fratricida de la diabólica fuerza, choca inexorablemente con los malvados y tétricos intereses que, para vuestra gran desgracia, tienen en sus venenosas espiras la hegemonía del poder económico, político, científico y militar de vuestro mundo!

¡Para estos hijos del mal, vampiros de la sangre fraterna, la paz es una acérrima enemiga porque contrasta con su baja y ávida sed de dominio, de venganza y de muerte!
¡La guerra y el odio, la persecución y la venganza son su vitalidad, su único fin de vivir!

¡John Kennedy aún estaría vivo si no se hubiese lanzado contra la adversa conciencia, con toda la cordura y valor de su alma. Otros muchos generosos hijos del alma humana han caído, y otros caerán, bajo los golpes demoníacos de esta fuerza maléfica!

Jesu-Cristo, Hijo de Dios, fue flagelado y crucificado por haber enseñado a Su prójimo el ideal Celeste Sendero de Amor, de Justicia y de Paz. Allí donde la verdad lleva en su seno la Luz del Bien, predicado y deseado por miles de millones de almas, allí están los hombres sin alma, brutales espíritus degenerados, sicarios sin corazón y sin conciencia, preparados a ocultarla, a sembrar negación, discordia y todo cuanto es útil y eficiente a velarla a los ojos de los justos y de los mansos, deseosos de amar y de vivir en paz con Dios.

A menudo sucede que los hombres de buena voluntad pierdan la fe, dejándose arrastrar en la fangosa vorágine de este arte diabólico.

¡Son muchos, en verdad, los terrestres que se vuelven, ciegamente, cómplices de sus delictivos designios, tendientes a dividir las almas, a volverlas áridas de fraterno amor, de verdadera justicia!

¡Comprendedlo de una vez.! ¡Comprendedlo!

¡El alma adversa agita seductores y falsos estandartes para engañaros!. ¡La discordia, el egoísmo, el odio, la venganza, las orgías desenfrenadas y el deseo de guerrear son las armas más potentes con las que hieren, debilitan y dominan vuestras almas!
¡No dejaros sorprender!

Recordad, recordad ahora y siempre:
Dios es paz y amor. 
Es felicidad del espíritu y del cuerpo. 
Es unidad sublime de almas iluminadas, amantes la una de la otra.
Por este gran conocimiento, los mejores hijos de Dios se han inmolado con la dulce y serena sonrisa sobre los labios y, en verdad, esto hizo el Papa Juan XXIII, esto hizo John Kennedy, esto harán otros, sostenedores irreductibles de los valores universales del Espíritu eterno.

Nosotros miramos aterrados, doloridos esta inmadurez vuestra, pero no mudos ni insensibles porque, una vez más, os decimos:
¡Hijos de la tierra, uniros en paz con Dios, amaros los unos a los otros como hermanos, con justicia, paz y amor y echad en el fondo de los océanos la materia que os oprime y os niega el derecho de entrar en la gran y bienaventurada familia universal!
¡Luchad!. ¡Luchad contra el mal, contra las injusticias, contra los odios, contra quien te quita el derecho de vivir y evolucionar en serena armonía con las Leyes Celestes. Este es vuestro cometido, vuestra voluntad, vuestro derecho de hijos de Dios!
¡Nadie, nadie a excepción de vosotros puede hacerlo porque, en verdad, vosotros sois los únicos árbitros de vuestro destino sobre la tierra!. ¡Vosotros sois libres de escoger: o con Dios, o contra Dios!.
El Cielo os mira y os asiste. 
Catania 28 de noviembre de 1963.




ÈS LA REALIDAD
Muchos corruptores, muchos corruptos y muchos corruptibles
Hasta cuando vuestra sociedad política, económica, científica y religiosa será coordinada y condicionada por estos individuos, vuestro progreso espiritual, material y social será, siempre, negativo e involutivo en todos los sentidos.

Repetidas veces os hemos aconsejado de no perseverar en este proceso existencial absurdo, deletéreo y contraproducente con cuanto aspiráis alcanzar, pero la verdad es que, voluntariamente, os hacéis arrastrar por las cualidades peculiares del tentador, dejándoos caer en el caos del más férreo egoísmo, del más cínico sentido de la impiedad cruel y antihumana.
Queremos ayudaros a instaurar, sobre vuestro planeta, la ley del derecho y del deber universales corroborados por el verdadero amor y por la real justicia divina.

Pero todavía resistís, aún sabiendo hacia que graves consecuencias os encamináis.
Es necesario, absolutamente, educar al hombre y volverlo capaz de comprender la indispensable necesidad de no dañarse a sí mismo ni a los otros, sentirse una sola cosa con el prójimo que debe amar más que a sí mismo.



MUTACIÓN DEL PLANETA
Nueva verdad se hace luz, ya que nuevas Leyes el Altísimo impone.
La renovación del género humano deberá sufrir la purificación sustancial sobre los planos físico-psíquico-espirituales si se verifica el arrepentimiento.

El planeta sufrirá flujos y reflujos purificadores hasta que las estructuras portantes de su naturaleza cósmica se estabilicen sobre las frecuencias positivas de la Luz Créante. 

Quién no se predispone y no acepta no podrá sobrevivir por su incapacidad de asimilar la nueva dinámica vital.



Adoniesis a los terrestres (1976)
¿Por qué os obstináis en no querer comprender?. ¿Por qué a pesar de las señales manifestadas no proveéis a realizar los equilibrios necesarios para superar, sin excesivo orgasmo y sin excesivo sufrimiento, el cambio que está en el orden de la superior ley creativa que todavía queréis, cobardemente, ignorar?

La Renovación debe, necesariamente, verificarse y no hay ninguna posibilidad de frenarlo, de evitarlo. Vuestro planeta está sufriendo una seria y rigurosa intervención de naturaleza cosmofísica y, por consecuencia, también vosotros sufrís y sufriréis los efectos de esta intervención, si no os predispondréis positivamente y si no armonizaréis los equilibrios naturales que vuestra obra ha, seriamente, comprometido; las convulsiones serán extremadamente negativas y los efectos seriamente deletéreos en todo sentido.

Vuestro planeta sufre un ciclo de crecimiento, de avance en sus estructuras astrofísicas y de purificación. ¡Es ley de lo Creado!.
¡Vuestro mundo vive!. ¡Sabedlo!. 
Vuestra presencia sobre el planeta que habitáis no ha acontecido por casualidad, así como no acontecen por casualidad las presencias de las enzimas en vuestras células. Vuestra obra es necesaria tanto como es necesaria la de las enzimas y de todos los otros elementos que constituyen la estructura y la vitalidad de una célula. Vuestra positividad o vuestra negatividad son determinantes para un pacífico o convulso crecimiento evolutivo de vuestro mundo.

Así como están las cosas, la convulsión es inevitable y la renovación cargada de efectos de todo, menos buenos. Vuestro planeta vive y una férrea ley lo tutela.
Nosotros somos el espíritu operante de esta ley y debemos enseñarla y hacerla respetar a toda costa. Si las “enzimas” están enfermas, debemos hacer de todo para estimularlas a curar y a ponerlas en condiciones de superar positivamente el renovamiento del mundo.

La mutación es inevitable y ella comporta, también, una variación sustancial de vuestra genética informativa y, por consiguiente, también de los valores fundamentales que instruyen el orden existencial de los elementos que coordinan los seres vivientes y operantes: “hombre incluido”.

La mutación normal está ligada a vuestras obras positivas. La mutación anormal, caótica, estresada, está ligada a vuestras obras negativas. Es inútil que vuestra ciencia se fatigue tanto buscando, en otra parte, la causa de estos desastres.

También os hemos dicho que los experimentos nucleares practicados por la ciencia destructiva y desarmonizante han producido desequilibrios notables en el anillo magnético esférico, en el eje de vuestro planeta y en el núcleo solar central que está en el centro de esta célula macrocósmica “viviente”.

¿Qué queréis esperar?. Vuestro mundo se defiende y, si es necesario, os destruirá.

Vuestras obras os repetimos, atentan contra el equilibrio universal de lo creado. Si no lo comprendéis, habrá quien tiene el deber de hacéroslo comprender, de poneros en arrepentimiento, de suscitar la indispensable conciencia para ser conscientes de una verdad que debéis, absolutamente, conocer.
Todavía la crisis que atormenta vuestro planeta no ha alcanzado el punto hipercaótico, ésta está en fase hipercrítica. Cuando alcanzará el punto hipercaótico será demasiado tarde para poder poner remedio. Falta amor, falta justicia, rectitud espiritual y moral; falta enormemente el amor hacia la naturaleza, hacia los instrumentos que son el aliento, la linfa de vuestra existencia.

Os lo hemos querido repetir, una vez más. Paz.


Dice Hoara a la ciencia terrestre
Os hemos dicho que una profunda crisis atormenta vuestro sistema solar y, por consecuencia, también a vuestro planeta.

Si para vuestra ciencia es difícil calcular los ciclos cósmicos que afectan a la Galaxia sobre la cual está estabilizado vuestro sistema planetario, no lo es para nosotros que ya conocemos, desde tiempo remoto, los flujos y reflujos que se verifican en las estructuras cósmicas y en sus dinamismos.
Nuestra presencia tiene el fin de volver notorios los probables eventos que pueden surgir de una crisis de tan vasta portada y de la cual depende la estabilidad de los equilibrios y de las fuerzas portantes de los planetas y de los satélites del sistema.

No queremos ser alarmistas, pero es nuestro deber daros conocimiento y prepararos a posibles, radicales, cambios sobre los elementos básicos que gobiernan vuestro edificio existencial.
Variación de frecuencia significa un vuelco parcial, si no total, de los valores que gobiernan los actuales equilibrios bio-físicos-psíquicos.

Los elementos están en fase de decadencia y su aportación prácticamente deletérea, ineficaz, distónica, deformante. Los valores bio-físicos van de acuerdo con los dinámicos a causa de una progresiva incompetencia colaborativa y de continuo rechazo.
El equilibrio viene así debilitado, suscitando reacciones a menudo incomprensibles pero no menos trágicas y violentas. El inmediato futuro, si quedáis pasivos e inertes, estará cargado de acontecimientos aún peores y devastadores.

Si no queréis caer en el abismo de la irreversibilidad, debéis reestructurar bien y pronto todo aquello que intenta matar, lenta e inexorablemente, la vida sobre vuestro planeta.



¡LO NECESARIO A TODOS, LO SUPERFLUO A NADIE!
¡Es esta nuestra ley!. Sabemos muy bien cuán difícil es para vosotros, terrestres, la aceptación de este ordenamiento, pero seréis obligados a meditarlo y a deducir mucho y por consiguiente, a determinar la ley que permita, a todos los seres vivientes sobre vuestro planeta, tener lo necesario, aboliendo lo superfluo, que es despilfarro de los recursos naturales y depauperación de la riqueza de todo el género humano.

Este sentido de responsabilidad consciente deberá prevalecer, por justicia y por amor, superando los obstáculos que se interpongan a causa del hipertrófico egoísmo de pocos en perjuicio del derecho de muchos. La miseria y el hambre son estimulados por prácticas delictivas y por vicios deletéreos. El relativo bien para todos, nadie excluido, es el método más eficaz y más lógico para impedir la degeneración y el odio y para avalar un proceso de verdadera paz entre todos los hombres de la Tierra. No es difícil instituir y poner en práctica esta Ley universal, no es difícil si la buena voluntad prevalece con consciente conocimiento y con aristocracia espiritual.

Si continuáis corriendo hacia lo superfluo pronto os faltará lo necesario.
Hacéis discursos inútiles y quedan ausentes los valores de la conciencia, debeis eliminar los desequilibrios que provocan locos consumismos, las explotaciones indiscriminadas de los recursos naturales, las alteraciones de los dinamismos ecológicos, deteriorando el sistema orgánico del ya decadente ciclo vital del planeta.

El peor mal reside en aquellos que anteponen el cínico egoísmo de poseer, al bien de toda la humanidad.

Lo sabéis y no hacéis nada para evitar lo irreparable. Dentro de no mucho tiempo comenzará la carestía del más precioso elemento, útil a vuestra sobrevivencia: ¡“el agua”!.
También está en vuestro conocimiento la hipercrítica situación de todos los otros indispensables elementos que instruyen la armonía de la vida sobre vuestro, ya inestable, planeta.
¡Lo sabéis!
¡Sí!. Lo sabéis, y a pesar de la gravedad quedáis insensibles, cínicamente pasivos, mientras todo agoniza ante vuestros ojos, nublados por una diabólica locura.
La muerte afila la hoz y los caballos del Apocalipsis pisotean veloces con sus jinetes, satisfechos de ver una humanidad ciega y sorda, dispuesta a perecer miserablemente, a renunciar a las sanas y armoniosas alegrías de la vida y de las evolucionadas experiencias de esta dimensión.

Lo sabéis, que vuestro planeta está en agonía y vuestra sobrevivencia seriamente amenazada. ¡Salvaros!. ¡Salvaros!.
Espíritus vivientes animados de amor universal están en medio de vosotros para invitaros al arrepentimiento y para deciros en este recodo trágico de vuestra existencia terrena, que es indispensable volver a poner las cosas en su justo sitio y coordinar positivamente cuanto es útil para una renovación armónica y constructiva de los elementos (mineral, vegetal y animal) que instruyen y determinan vuestra existencia.

Nuestra luz de bien universal conforta estos espíritus vivientes animados de buena voluntad e iluminados por el amor más grande de todos los amores.
ADONIESIS (1974)


EL AMOR CREATIVO
Tal delicado cometido divino -dicen los extraterretres- es el pilar básico sobre el que se apoya la evolución psico-física y espiritual de los seres humanos.
Vuestra ciencia debería instituir un tal orden de vida en el caso que quisiera hacer desaparecer, finalmente, de la raza terrestre seres infelices, disminuidos por una inconsciente y delictiva concepción.



YA DEBERIAIS SABERLO
Escogemos, cuidadosamente, aquellos que demuestran poseer cualidades idóneas para ser guiados y educados a un programa evolutivo capaz de captar los superiores conceptos existenciales del nuevo mundo.

Por fin del mundo se debe entender: “Fin de un modo de vivir los valores de la vida, así como se han vivido y se están viviendo”.
Una nueva salud espiritual, material y moral corroborada por una prudente sabiduría impregnada de verdadero amor, fraterno, universal despojado de egoísmo y privado de odio.

Vuestro planeta sufrirá notables flujos y reflujos de energías purificadoras, para que también las estructuras portantes de su naturaleza cósmica lleguen a estabilizarse sobre las frecuencias positivas de la luz creante. Todos aquellos que no se predispongan a la aceptación de los superiores conceptos que deberán programar el “nuevo mundo” serán, inevitablemente, puestos en condiciones de no poder sobrevivir por incapacidad de asimilar la nueva dinámica vital.

Os hemos concedido, ampliamente, las instrucciones básicas e indispensables. El potencial dinámico astral ha sufrido, también él, un notable flujo modificante en las estructuras genéticas y en los códigos de la materia orgánica e inorgánica.
El átomo creante impone la nueva ley en relación a la voluntad del espíritu creativo del cosmos en el contenido.


ULTERIOR AMONESTACIÓN EN PREVISIÓN DE LOS
TRÁGICOS, FUTUROS ACONTECIMIENTOS.
La indolencia en la puesta en práctica de los presupuestos ideales para una sana y próspera convivencia fraterna entre los pueblos de vuestro planeta os empujará hacia un conflicto de espantosas proporciones.

Tenéis elementos suficientes para constatar la creciente, caótica situación en que hoy os encontráis. Mañana será más grave, hasta el punto de ya no poder frenar el loco descenso hacia lo irreparable.
Os hemos advertido que existe, operante, una rígida ley de causa y de efecto que no puede ser, de ningún modo, transgredida por vuestro libre arbitrio, ni puede ser detenida si no se provee, en tiempo útil, a modificar el desequilibrio que solicita la intervención de las formas de las que tal ley dispone.

No os hemos escatimado nuestra ayuda, ni hemos estado insuficientes en daros, siempre, más claras demostraciones de invitación al arrepentimiento y al sentido de responsabilidad.

A través de la voz de vuestros semejantes, hemos hecho llegar a vuestros oídos cuanto hemos considerado justo para sensibilizar vuestras turbulentas conciencias y para haceros meditar seriamente, para que pudiéseis, concienzudamente, deducir y sacar motivo para poderos arrepentir. Pero con nuestra viva amargura, hemos constatado que han sido pocos a percibir la realidad del mañana que, rápidamente, os viene al encuentro.

Una vez más, os exhortamos a comprendernos y a aceptar, en el modo que creemos justo, nuestra fraterna universal ayuda, antes de que se desencadene lo irreparable. Tened sentido de la honestidad y rectitud espiritual. Un funesto destino gravita sobre todo el género humano y sólo la unión de todos los pueblos de vuestro planeta podrá mitigarlo si estimularéis justicia, paz y amor en cada corazón.
(ADONIESIS)


WOODOK SOBRE EL CINTURÓN VAN ALLEN
Distonías geo-dinámicas en fase creciente. El cinturón “Van-Allen”, como vosotros lo llamáis, es el cielo de vuestro planeta y cada vez que es turbado, las repercusiones sobre vuestro planeta son notablemente fuertes a causa de flujos y reflujos magnéticos que ponen en seria dificultad, el dinamismo centrípeto y el centrífugo.

Los terremotos y todo cuanto está destinado a producir desastres sobre vuestro planeta, son producidos por estos desequilibrios, que podrían ser evitados si vuestra ciencia se diese, finalmente, cuenta cuan importantes son las funciones de vuestro cielo y cuan indispensable evitar la continua perturbación de este.

El cinturón “Van-Allen” instruye el equilibrio de vuestro planeta y no sólo el equilibrio, sino también la proliferación de los elementos necesarios al desarrollo de los valores existenciales y organizativos de la vida en sus múltiples formas.
Existen dos entradas y dos salidas que vuestra ciencia podría utilizar evitando desgarrar el cielo. Estas entradas y estas salidas se encuentran en el Polo Sur y en el Polo Norte. Estas vías son las idóneas para la entrada y la salida de cuerpos extraños a aquellos que no revisten una característica dinámica cósmica.

Hasta cuando utilizaréis otras vías, con las consecuencias que ya os habíamos dicho, las distonías geo-dinámicas crecerán en fase caótica.


WOODOK A LA ASTRONÁUTICA TERRESTRE
Impedid, por cualquier medio, transformar la conquista del espacio en una conquista de muerte y destrucción.

Del espacio externo podréis obtener enormes beneficios para un proceso sano y saludable.
Si vuestra ciencia aspirara a alcanzar los valores positivos de la evolución tecnológica espacial, impidiendo la intromisión degenerativa del beneficio bélico y de las fermentaciones que éste produce, tutelaremos y facilitaremos vuestra laboriosidad. Si, por desventura vuestra, se debiese verificar la intromisión de las fuerzas desestabilizadoras de las potencias bélicas, las desgracias no os faltarán, ni nos predispondremos a ayudaros.

La conquista del espacio debe estar animada por los más altos valores morales, sociales, científicos, del espíritu humano.
Si faltasen estos indispensables presupuestos, no tendréis campo disponible para la ascensión hacia los bienes absolutos que el cielo conserva.


Pensad bien en cuanto os comunicamos.
Nicolosi, 16 de abril de 1981.

Ha sido dicho: "El engaño es peor que la traición"
Sobre el planeta Tierra, el engaño se insinúa con diabólico y cínico arte en la sociedad humana para instrumentalizarla según los deseos nefastos y delictuosos del príncipe de este mundo, corruptor de almas y prevaricador de la divina voluntad de la Luz Omnicreante.

¡La gran batalla de Armaghedon está en curso y el epílogo próximo!.

La Milicia Celeste está en fuerza sobre la tierra, guiada por el Arcángel de la Justicia del Padre Glorioso.
Jesús está presente y el día de Su manifestación próximo a venir.

Ha sido escrito: “Vendré como un ladrón en la noche”. Las señales que preanuncian Su próximo retorno ya son visibles a todos los pueblos de la tierra.
El juicio de los vivos y de los muertos será presidido por Él.

La violencia: un dinamismo psíquico alimentado por las fuerzas del poder político, militar, económico de las dos superpotencias terrestres. Ya os hemos comunicado que existen dos institutos que coordinan la marcha estratégica de la política mundial.
También os hemos dicho que están en su posesión cerebros electrónicos, capaces de calcular con exactitud la resultante de cualquier operación, todavía antes de que se cumpla. No están excluidas la operaciones actuadas en los cerebros humanos a través de la hipnosis y fármacos sofisticados, condicionantes.

Cuando una de las dos superpotencias quiere alcanzar una meta política, económica y militar, todos los medios son útiles, también el de matar o de provocar guerras, revoluciones y todo cuanto se considere necesario. Todo viene, minuciosamente, calculado como un preciso cuadro clínico, con la relativa eficaz cura. No se repara en gastos para hacer fermentar la corruptibilidad moral y espiritual, para hacer fermentar la violencia instigadora, el engaño y todo cuanto puede descomponer los equilibrios estables y pacíficos.

El fin debe ser alcanzado haciendo creer una cosa en el lugar de otra.
Todo debe desarrollarse en el modo ya establecido y estar prestísimo a cubrir, con cualquier medio, el eventual error del condicionado. Esta es la realidad y quien la quiera creer, la crea.


Peligrosos recodos de la política mundial
Contrariamente a cuanto se dice, las dos superpotencias de vuestro planeta acumulan, cada vez más, un potencial destructivo enorme.

Vosotros, hermanos de la tierra, desconocéis la realidad que os sobrepasa, porque nada, o poco, sabéis.
Vuestro planeta está saturado de potencial destructivo, cada vez más sofisticado y con variantes extremadamente apocalípticas.
Las dificultades económicas cada vez más crecientes, en fase caótica, estimulan a muchos jefes de estado a coordinar una política peligrosísima.
Las carencias energéticas y alimenticias se revelan graves , y no menos graves son las distonías neuróticas de numerosos cerebros, próximas a ser plenamente investidas por una letal peste (Harbar), es decir, distonía progresiva de los circuitos neurónicos y, consiguientemente, total locura destructiva, furia animalesca, impelente instinto de matar y matarse.

Mientras la demencia es el trauma de una parte del cerebro y puede ser curable, la locura es un desorden del equilibrio neurónico con decadencia progresiva.
Si pondréis en práctica una política menos edificante que las otras que os han llevado a estos oscuros senderos, el género humano desaparecerá de la tierra.
(ADONIESIS)



La transmisibilidad de los elementos propuestos a cultivar vuestra existencia es una verdad incontestable, tanto como verdad la asimilación de cuanto, degeneradamente, deforma no sólo las estructuras genéticas, sino también el normal desarrollo evolutivo de la especie, proyectado en otros valores dimensionales.

Las estructuras portantes del proceso biodinámico están obligadas a sufrir anomalías que inducen a desestabilizar los flujos y reflujos de los insuprimibles valores existenciales, íntimamente ligados a la naturaleza viviente de las cosas creadas, comprendido el hombre.

Es bueno que sepáis que los olores del plexo anímico infectado revisten una notable importancia para poder clasificar el porcentaje de contaminación de la sangre.

¿Sobrevivirá esta generación?
La situación del planeta Tierra no es menos grave que la del planeta Mallona que explotó hace 100.000 años provocando la muerte de siete billones de seres de vuestra especie y de cuanto éste contenía.
Si continuáis, todavía, desarmonizando e infectando de residuos radioactivos y de todo cuanto descompone sus cósmicos equilibrios, el próximo destino de vuestro planeta no será diferente de aquel del planeta Mallona. Ya las señales son evidentes y lo peor podría manifestarse de aquí a no mucho tiempo.

Os recordamos una vez más: “Yo me he arrepentido de haber creado al hombre sobre la tierra, Yo lo destruiré”. (Génesis 57)

Nuestro deseo es el de exhortaros a hacer que la purificación de vuestro planeta prevalezca sobre su destrucción. Su purificación podría acontecer con un providencial medio que inicia con la letra “A”.

Si, finalmente, prevalecieran la cordura de vuestros espíritus y, el purísimo amor por esta criatura cósmica que llamáis “tierra”, ¡el paraíso prometido podría volverse realidad!



¡Oh!, ¡Si tú pudieses!
Si tú pudieses mirar los ojos de un justo,
removerías la injusticia de tu corazón.
Si tú pudieses escuchar el corazón de un pacífico,
volverías a encontrar, para siempre, tu paz.
Si tú pudieses oír el gemido de un niño,
amarías con devoción la vida.
Si tú pudieses hacer tuyo el sufrimiento de los otros,
te volverías amigo de Dios.
Si tú pudieses socorrer a tu prójimo,
jamás tendrías necesidad de nada.
Si tú pudieses amar sin poseer,
serías el ser más feliz.
¡Oh!. ¡Si tú pudieses!
EUGENIO SIRAGUSA




Capitulo-7-sublimacion


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